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lunes, mayo 20, 2024

Los cabildos africanos en Camagüey

La labor de rescate del patrimonio cultural es una de las acciones esenciales a realizar en los museos, dentro del patrimonio cultural se encuentra el patrimonio intangible, el que es necesario conservar ante el riesgo de perderse, y como medio de perpetuarlo a las futuras generaciones.

El hombre en su devenir como ser social, se ha agrupado por sus intereses afines, grupos étnicos o religiosos y por muchas otras causas, motivados por afinidades comunes, políticos, o como formas de control, en algunos casos con la anuencia de las autoridades o ilegalmente.

Desde el inicio de la colonización, con la llegada de los negros esclavos al país comenzó un proceso de integración y asimilación del nuevo entorno, lo que posibilitó la transmisión de sus rasgos culturales y su agrupación por naciones de origen. En el siglo XVIII se concedió el derecho de asociarse a los esclavos y fue entonces cuando surgieron los cabildos africanos.

La Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, aunque su base económica estaba basada fundamentalmente en la ganadería, no estuvo exenta del fenómeno de la esclavitud y por ende también hubo establecimiento de cabildos.

Investigaciones precedentes:

Con anterioridad al presente trabajo se han realizado investigaciones relacionadas con este tema; en el ámbito nacional se destacó el etnólogo y filólogo Fernando Ortiz; siendo referencia obligada desde la segunda mitad del Siglo XX, también los de Urfe (1960) y los de Fernández Robaina (1986-1991), fueron monografías importantes. Otros estudios realizados los constituyen en la región oriental  los de Arrozarena (1961) y  Olga Portuondo Zúñiga (2000). Es importante resaltar la obra de la Doctora María del Carmen Barcia la cual realizó un exhaustivo estudio sobre el tema pero centrado en la región de la Habana, que se publicó el pasado año 2008 bajo el titulo  «Los ilustres apellidos negros de la Habana colonial», además en Cuaderno de Historias Principeñas No. 7,  también del 2008, aparece un trabajo  de la misma autora sobre un Cabildo de nuestra provincia. Otro estudioso del tema ha sido el investigador y coreógrafo Ramiro Guerra, que en su libro  «Calibán Danzante»  dedica un capitulo completo a la cuestión, titulado «Cabildos, candombe y cofradías».

En Camagüey, el investigador Rafael García Grasa realizó un estudio de «Los Cabildos» en la década del ‘ 70, el cual consistió en un levantamiento cultural para la confección del Atlas de la Cultura, pero que dejó brechas para otras investigaciones.

El OBJETIVO que nos propusimos fue: Explicar la importancia de los cabildos africanos como asociaciones culturales en Camagüey.

Su significación práctica radica en constituir un material de consulta necesario por que brinda un acercamiento acerca de la realidad de los cabildos en Camagüey, así como en aglutinar diversas informaciones dispersas en un solo material, lo cual antes no estaba disponible. Además de ser de gran utilidad para especialistas, estudiantes y cualquiera que se interese por el tópico, relacionado con el tema en las distintas instituciones del sector o fuera del mismo.

Las Comunidades Africanas en Cuba

Los primeros africanos vienen con Cristóbal Colón en sus diferentes viajes, pero estos son sólo sirvientes domésti­cos sin significación productiva. La entrada de africanos en Cuba al inicio no fue masiva, pero ya en 1513 habían ingresado esclavos al país y en 1515 se solici­ta autorización para introducir en Santiago de Cuba doce africanos desde la vecina isla de La Española (Santo Domingo), esto se va incrementando lenta­mente; hasta efectuarse más tarde grandes oleadas.

En 1518 se envían por el rey Carlos V, 4 000 negros esclavos con licencia, la cual era un simple permiso concebido por el soberano para llevar uno o más esclavos a las Indias. En 1523 son 300 los esclavos introducidos desde la isla de La Española (Santo Domingo), pero hasta 1528 no se oficializa su primer asiento, fecha en la que se produce una entrada masiva de estos al país.

La villa de Santa María del Puerto del Príncipe fundada en 1514 en Punta del Guincho, y asentada definitivamente en 1528 no estaba ajena a la trata de esclavos y en 1542 se insistía en la necesidad de brazos con destino a la villa, pero crecerá en proporciones menores a otros regiones del país, por el carácter económico basado en la ganadería, donde no fue preponderante la plantación. Esto será un factor determinante en la utilización del esclavo en labores domésticas y en su concentración en la cabecera de la provincia, a diferencia del resto del país.

Entre 1762-1763 en la parte occidental y centro del país, la fabricación de azúcar pasa a ser el primer renglón de la economía de la colonia, lo que produce un gran aumento en la entrada de africanos a Cuba.

La esclavitud alcanza su máximo apogeo entre 1790 y 1860, período en el que se introducen 1 137 300 esclavos, incluidos los estimados del tráfico clandestino, coincidente con el auge de la economía agroindustrial y con el aceleramiento de la crisis estructural del sistema, esclavista por su forma, pero esencialmente capitalista por su contenido.

Las zonas de procedencia de los esclavos llegados a Cuba corresponden fundamentalmente a la costa occidental de África, desde Cabo Blanco hasta el sur de Angola. En mayor o menor propor­ción aparecen de zonas del interior del continente y, como caso excepcional, de la región oriental bañada por el Océano Índico. La inmensa mayoría de estos pueblos pertenecen al grupo lingüístico Níger-Congo, de la familia ligero-cordofana y en Cuba son conocidos mediante diversas denominaciones multiétnicas: Arará, Carabalí, Congo, Ganga, Lucumí, Mandinga, Mira y otros, relacionados con topónimos e hidrónimos de sus lugares de asentamientos, captura, concentración y venta, que a su vez abarcan diversos etnónimos y denominaciones étnicas.

Los grupos humanos llegados a Cuba desde el continente africano poseen una marcada heterogeneidad económico-social, que se refleja en los distintos niveles de in­fluencia cultural de forma fragmentada según la diversidad existente entre unas comunidades étnicas y otras, así como entre las cantidades de esclavos traídos de cada lugar en diferentes períodos históricos, las zonas de ubicación en Cuba y las expresiones culturales que aportan.i

CABILDOS O COFRADIA

Las Cofradías surgieron en España en el Siglo XIV, pues fue en 1393 cuando el arzobispo de Sevilla, Don Gonzalo de Mena y Róelas fundó la hermandad del Santísimo Cristo de la fundación.ii

El 21 de noviembre de 1776 el ilustrísimo obispo Santiago de Echevarria y Elegusua autorizó a petición de dos negros libres carabalíes oubres, una hermandad erigida como cofradía de la Santísima Trinidad cuyos estatutos quedaron aprobados el 7 de enero del año siguiente.iii

Este término es abordado por distintos autores para ellos:

Cabildo: En la época colonial, era una agrupación de esclavos de una misma etnia que se reunían los días festivos para celebrar sus fiestas según costumbre de su tierra de origen.iv Se le considera como «instituciones  urbanas,  que agrupaban a africanos y sus descendientes de un mismo origen étnico.  Estas asociaciones religioso-mutualistas contribuyeron significativamente a preservar múltiples expresiones culturales como el canto, la música y el baile, pero sobre todo lograron mantener en gran medida sus sistemas religiosos.»  v

Proliferaron primero en la Habana, pero después se esparcieron por toda la isla. Su origen era español y al respecto Fernando Ortiz dijo: «Es probable que los negros en  Sevilla tuvieron la imposición por las autoridades de formar cofradías o sea organizarse»… luego apunta… «de Sevilla vinieron los cabildos y cofradías, negros a las Indias, reproduciéndose la organización metropolitana donde hubo gran núcleo africano»vi. «Era algo así como el capítulo, Consejo o Cámara que ostentaba la representación de todos los negros de un mismo origen»: generalmente el más anciano era el Rey del Cabildo a quien daban el nombre de capataz o capitán… era el encargado de guardar los fondos, imponer a sus súbditos y hacer las veces de sacerdote; era el intermediario entre blancos. Formaban una verdadera sociedad de socorro mutuo, con sus cajas… vii

Sus fondos permitían costear entierros de sus integrantes, comprar la libertad a esclavos ancianos, comprar propiedades para construir sus casas templos, confeccionar íconos religiosos, instrumentos musicales y otros.

En estudios dedicados al tema predomina el criterio de que se trata de: «una institución paralela a la cofradía (…) el cabildo se subordina al gobierno español, en tanto que las cofradías o hermandades lo hacían a la religión católica, ya que los estatutos eran aprobados por la jerarquía eclesiástica. Estas organizaciones se fueron ampliando y complejizando a partir del propio desarrollo de los mismos (…) muchos de ellos fueron focos importantes en la gestación del proceso revolucionario que daría paso a las luchas por la independencia…uno de los procesos más importantes y definitorios de las luchas del negro por su emancipación, por que le permitió contar con un espacio para pensar, hablar y hasta conspirar (…) Este a su vez influiría en sus normas, lenguajes, costumbres que aún mantienen su vigencia. viii

Las cofradías católicas admitían a los criollos y excluían a los esclavos, en los Cabildos de nación estos últimos eran admitidos aunque no tenían voz y voto, ni desde luego derecho a ocupar cargo alguno. La presencia de los criollos sin embargo estaba prohibida explícitamente.ix

Según el artículo 36, del bando de 1792… sólo se permitirían los bailes en días festivos, desde las diez del día, concluidos los oficios divinos, hasta las 12 meridiano y desde las 3 de la tarde hasta las 8 de la noche, a cuya hora deberá cesar las fiestas… bajo pena de multas de seis ducados… y diez por la segunda con otro tantos días de arrestosx.

En 1882… se exige que los cabildos renovaran anualmente la licencia del gobierno y … con habilidad y prudencia procurar que aquellas asociaciones vayan perdiendo  su actual carácter … formando así sociedades de recreoxi

Los tipos étnicos africanos que arribaron a Cuba, se distribuyeron de la siguiente manera:
Departamento Occidental: predominaba el lucumí, alcanzándolos en grado de proporción los congos y carabalíes.
Departamento Oriental: Congos en primer término siguiéndoles los carabalíes y por último lucumís. xii

Estudio que no abarcó la parte central del país debido al fallecimiento del investigador Rómulo Lachatañeré.

Otro estudioso del tema refiere que: «el predominio de congos, carabalíes y mandingas como esclavos del Puerto Príncipe era de carácter urbano en su inmensa mayoría, era lógico que el grupo preponderante fuera congo, que tenían fama como servidores domésticos » xiii.

En tanto la investigadora María del Carmen Barcia plantea que hasta el momento se consideraba «que la presencia conga era la más antigua e importante, pero que ahora aparece difuminados en el tiempo, africanos de origen mandinga y carabalí, con lo cual se enriquece y diversifica el panorama étnico de la regiónxiv.

En Camagüey

A finales del siglo XIX y principio del XX existían en Camagüey cuatro Cabildos, ubicados en:
Calle Rosario No. 56, entre Ignacio Agramonte y Montera
Calle San Luis Beltrán (hoy 20 de Mayo) No. 58 Esq. Cielo
Calle Cielo Esq. Campo Santo
Calle San Lorenzo No. 36 y 38.

En la reseña histórica de los Cabildos Africanos de Puerto Príncipe narrados por José Varona Hernández que vivió en la calle Cristo y asistía al Cabildo de Santa Bárbara en días conmemorativos, se relata lo siguiente: (…) «Disfrazados pues los mitos y teogonía africanaxv, con los nombres de Espíritu Santo, La Candelaria, Santa Bárbara, San Ramón non – nato, fundáronse[sic.] en esta ciudad cuatro agrupaciones denominados cabildos en los cuáles se le rendían adoración oficial bajo la disciplina dentro de la Iglesia romanista.»xvi

Los Cabildos en Camagüey estaban situados en barrios marginales:
El Cabildo Congo más importante se encontraba en la calle Rosario…, según ellos eran los más antiguos de Puerto Príncipe. Celebraban su fiesta principal el último domingo de marzo a las 12 del día, pero celebraban también el día de Santa Bárbara (…) El gobernador militar Don Pedro Mella Montenegro ordenó a la Banda de Voluntarios tocaran en la procesión (…) pues era la patrona del cuerpo de Artillería (…)xvii; eran famosos sus reinados celebrados en la plazuela de Triana. Después de 1895 algunos criollos quisieron resucitar el cabildo y no fue posible pues las autoridades no dieron su consentimiento.

El Cabildo de la calle San Lorenzo, eran Congos Luangos los que gozaban de grandes prerrogativas del gobierno colonial. Solo oficiaba el clero Católico Apostólico Romano, en este jamás se vio ceremonias ni ritos de africanos. Estaban constituidos su mayoría por antiguos servidores de acomodados reaccionarios peninsulares. Eran famosos por el abigarramiento de sus trajes. En el año 1894 era rey para esa fiesta Luís Recio, congo de buena prestancia, pero que por motivos económicos no podía venir vestido como la etiqueta requería y por tal motivo delegó en otro congo llamado Toribio Molina, el que según Luís, era de su tribu y compañero del barco en que vinieron a Cuba, cuando arrancados fueron de sus libres selvas. Toribio era negro pudiente pues además de tierra propia tenía carretas y bueyes. Era corriente a la salida de la reina, en los días de fiestas del cabildo, cuando ella se dirigía al trono, que fuera acompañada por acordes  de la marcha real.

Cabildo Carabalí, situado en la calle San Luís Beltrán, famoso por la maestría de sus músicos. Estaban bajo la advocación de la Santísima Trinidad. Poseían como atributo un báculo de oro masivo sobre el cual se encontraba una paloma que tenían dos rubíes.  A este cabildo perteneció Anselmo Villaplana, peinetero de oficio y contaba que aunque carabalí, había sido esclavo en el Congo – Belga,xviii su amo al ver lo debilucho que era, lo dedicó a enseñarle el oficio de trabajar el carey. Muerto su amo, pasó al poder de un miembro de esa familia, el que lo vendió, habiendo venido a Cuba antes de la guerra de 1868 y vendido en Cárdenas (Matanzas) a un Quesada de Puerto Príncipe. Ya en poder de este señor, un día le regaló Anselmo a una de las niñas de la casa un cintillito, que hecho por él, logró esconder a la rapiña xixde los que en el barco lo traían a esta tierra. El Quesada viendo la habilidad del negro, en vez de llevarlo al Ingenio lo dedicó al servicio doméstico (…) pronto lo exento del servicio (…) convirtiéndose en vendedor. Una noche, su amo lo vendió a  Don Joaquín Varona Estradaxx por la cantidad de $ 870 pesos, el que posteriormente habiendo oído su historia le concedió la libertad y Anselmo en su honor llevaba los apellidos Varona Estrada. Anselmo murió poco después de la guerra en el año 1895…xxi

El Cabildo Mandinga tenía su sede en la calle Cielo, pasado el callejón de Campo Santo. Eran negros muy soberbios y los que más se habían suicidado por escapar a la esclavitud, por lo que habían más mujeres que hombres. Cuentan que una de sus integrantes fue Carmen Casas, mulata de nación mandinga, su habla castellana con cierta pronunciación francesa, desmentía el origen. Bordaba primorosamente, con cuya labor libraba su subsistencia y la de su madre (….) Cuando vivieron en la calle San Diego No. 91 sus amas fueron a París y las llevaron como esclavas que eran, una francesa que tenían a su servicio las amas en aquel país viendo la facilidad que ella tenía para las labores manuales, de noche le enseñaba y fue que debido a eso sus amas la liberaron de todo el servicio y solo la empleaban en coser, bordar y confeccionar los trajes de las Señoras y Señoritas de su casa. Se decía que Carmen era hija de un Rey Mandingaxxii.  El canto de los mandingas era acompañado de tambores, güiros y una marimba.xxiii Estaban bajo la advocación de la Virgen de la Candelaria.xxiv

Instrumentos musicales

La forma de vida africana se expresaba por medio de sus instrumentos y bailes:
Los carabalíes tocaban maracas de güiros, flautas, tambores pequeños y uno mayor, tubo de caña brava de 36 pulgadas y con una muescas a tres pulgadas de su cabeza que remataba con un nudo, según Macario Estrada, esos instrumentos eran en su tribu en África de colmillos de elefantesxxv.

Los congos tocaban el ngomaxxvi que era una caja para improvisar donde se establecía la polirritmia con la mula y el cachimbo, conocido también como alcahuete por que la madera se percutía con dos palitos (…)xxvii

Otro instrumento utilizado por los Congos en sus fiestas de los cabildos y es el conocido como MARIMBULA que también se le denomina Sansa o Kilonyexxviii.  Refiere el propio Rafael que en la calle Rosario esquina Triana, había una persona de esta procedencia que tocaba el instrumento y vendía coquitos en la década del 30. En las colecciones del Museo Provincial Ignacio Agramonte se atesora un exponente de éste tipo que fue confeccionado con una caja de tabaco marca «El favorito» de la fábrica de Tabaco Habana. El mismo fue rescatado por Mariana Betancourt Garay para el Museo que funcionó desde 1930 en una sala del hoy Tribunal Provincial y luego pasó a las colecciones del Museo Provincial cuando este fue inaugurado. Esta pieza pertenece al guión permanente que recoge la historia de esta  institución.

Sus bailes

Los Cabildos salían una vez al año, bailaban en plazoletas, de ellas las de Triana o llegaban hasta la Plaza del Cristo o de la Soledad (…)  Sus bailes eran: el Palo, Maní y Basunde (baile histórico rescatado por el atlas de la cultura)xxix. Yakuta, Yluka, según Ramiro Guerra en su libro Calibán Danzante.

Bebidas y comidas:

Bebían kimbisa, un vino aguado llamado mistela y aguardiente de caña.

Sus comidas preferidas eran el lechón asado, las vísceras de animal (gandinga adobadas), acompañado de casabe, ensalada de salpicón, arroz con pollo y de postre cuajada de miel

Su religiosidad:

Un Sínodo Papal del 16 de septiembre de 1687 refiere que… la Iglesia obligaba a los curas a acomodar las creencias religiosas africanas a las prácticas católicas. Un Bando de Buen Gobierno y Policía de 1792 exige a los cabildos africanos que se dedican al culto de sus divinidades, a adorar en lo adelante un santo católico equivalente, donde además se obligaba al bautismo, el rezo del rosario y oraciones matinales y de nochexxx. Además se oficializaba que estas casas estuvieran fuera de la ciudad (se reitera esta disposición en otro bando emitido en 1842)xxxi.

Los Cabildos fueros espacios que habían sido auspiciados para ejercer el control sobre los africanos libres pero en la practica constituían lugares en los cuales se estaban produciendo una transculturación religiosa sumamente popular que descontextualizaban y rompían la identidad hegemónica del catolicismo, razón por la cual no podían ser fomentados ni amparados oficialmente por la iglesia ni por las autoridades civiles. Tuvieron una dualidad paradójica, pues aunque fueron una forma de sociabilidad construida bajo el amparo del poder político para segregar y controlar a los negros y también para eximir a la administración colonial de posibles cargas económicas o sociales que decrecía a partir de las soluciones aportadas por esas agrupaciones, se convirtieron en un factor cohecionador que fue aprovechado por los africanos, conciente o intuitivamente para preservar los elementos esenciales de sus identidades culturales, pero la vida se impuso y en el nuevo contexto los fundamentos se fueron  mezclando y asumieron apariencias diversas que se reflejan por ejemplo en algunas figuras de su panteón sagrado.xxxii  Olga Portuondo Zúñiga señala que en la primera mitad del Siglo XIX los cabildos gozaban de una relativa autonomía, que está dado por que en esta época se produce un distanciamiento entre el papado y la alta jerarquía eclesiástica con el liberalismo constitucional español en ascenso, esta independencia se relacionó con la existencia de un clero criollo de comportamiento ortodoxo.

Desde los años 1860 la Iglesia Católica asumió una postura más dogmática e intransigente lo que distanció a los Cabildos cuya antigüedad había permitido una hibridación criolla progresiva del catolicismo con las religiones africanas. También se restringió la evangelización e hizo florecer con independencia las comunidades religiosas de negros libres y esclavos con una carga mayor de africanía. La actitud intransigente de las autoridades eclesiásticas y el temor de las autoridad civiles a la insubordinación política provocó el ocultamiento de las sociedades religiosas de los negros al considerarlos delictivos. El distanciamiento ritual, la impopularidad y el integrismo de la Iglesia pusieron en precario la vida de las cofradías hasta provocar su desaparición o integración con las asociaciones de los blancos y mestizos, luego de la abolición de la esclavitud en 1886xxxiii.

Conclusiones

Como se puede apreciar en el cuerpo del trabajo los Cabildos en Camagüey constituyeron fuertes núcleos de unidad socio cultural de las diferentes etnias africanas asentadas en nuestra ciudad llegando su influencia hasta nuestros días a través de sus bailes, música, comidas, tradiciones y ceremonias.

Ha quedado demostrado que los cabildos además de ser asociaciones de carácter religioso, practicaban entre sus integrantes la ayuda mutua y constituían núcleos cerrados de protección entre sus miembros.

Fueron sostén de la identidad africana y supervivieron de manera mezclada.

Es un patrimonio que debe enriquecerse por medio de la investigación, el  estudio y análisis, lo que permitirá su promoción y divulgación como una tradición de nuestra provincia.

Recomendaciones

Profundizar acerca del tema:

Centrándose en las diferencias y particularidades que existen entre los cabildos de otras provincias.

Estudiando la vigencia que en la actualidad tienen estas asociaciones en nuestra cultura.

Bibliografía:

Barcía María del Carmen: Ilustres apellidos negros en la Habana Colonial. Ediciones Boloñas. La Habana. 2008
__________: Puerto Príncipe en el siglo XVIII ¿Cabildo Africanos o Cofradías católicas? Cuadernos de Historia Principeña 7 legado patrimonial del Siglo XXI. Editora Ácana. Colección Suma y Reflejo. 2008.
__________: Elites y grupos de presión. Cuba 1868 – 1898.
Betancourt Cisneros, Gaspar,  El Lugareño: Escenas Cotidiana publicado en la gaceta de Puerto Príncipe el 5 de Septiembre de 1838. P66.
Colectivo de Autores: Enrique Sosa Rodríguez y Alejandrina Penabad Félix: Historia de la Educación en Cuba. Tomo 8. Editorial Pueblo y Educación. Ediciones Boloñas 2008. Publicaciones de la oficina del Historiador de la OHC. Artículo «De las cofradías y los cabildos de negros a las sociedades de color», características y ejemplos: interés en la educación y la cultura. Pág. 245 – 259.
Deschamps  Chapeaux, Pedro: El negro en la Economía habanera del siglo XIX.
Guerra Ramiro: Calibán Danzante. Capítulo III: «Cabildos, candombe y cofradías.  Editorial Letras Cubanas. Impreso en Enero/2009. P. 83 – 132.
Lachatañeré Rómulo: «Tipos étnicos africanos que concurrieron en la amalgama cubana». P 35.
Martínez Montiel Luz María: «Africanos en América». Editorial Ciencias Sociales. 2008.
Ortiz Fernando: Los Cabildos Afrocubanos. Editorial de Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro.
__________:  Los Negros Esclavos.  Editorial de Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro. 1916
__________: Ensayos Etnográficos. Editorial de Ciencias Sociales. Instituto Cubano del Libro. 1984.
__________. Revista Bimestre Cubano, volumen XVI # 1 de 1921. En: Cabildo afrocubano.1921.
Portuondo Zúñiga Olga: Entre esclavos y libres de Cuba Colonial. Artículo: Cabildo negros Santiagueros 2003.
Suárez  Polcari, Ramón: Historia de la Iglesia católica en Cuba.
Testimonio de José Varona Hernández, del archivo Juárez- Cano. Reseña de los Cabildos Africanos de Puerto Príncipe. Legajo 122. Consta de folio 1 al 232. Archivo Histórico Provincial.
Testa,  Silvina: Como una memoria que dura: «Cabildos, Sociedades y religiones afrocubanas de Sagua la Grande». Premio Memoria 2001. Ediciones La Memoria. Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. 2003. P 177.
Torres Cuevas Eduardo: Patria, pueblo y revolución conceptos bases para la historia y la cultura en Cuba. En «Nuestra común historia: doblamiento y nacionalidad», Editorial Ciencias Sociales, La habana. 1993.
Torres Lasqueti Colección de datos históricos geográficos y estadísticos de Puerto Príncipe y su jurisdicción de. Pp. 49-50
Villabella Manuel, Costal al Hombro. Edición Unión de 1996.

Otras Fuentes:

Archivo del Arzobispado. Libro 23. BPM. No. 566.
Archivo del Museo Provincial Ignacio Agramonte.
Archivo del Obispado de Camagüey
Archivo Histórico Provincial.
Archivo del Periódico Adelante.
Biblioteca Provincial «Julio A. Mella».
Centro de Investigaciones «Nicolás Guillén».
Archivos personales.
Museo de Palmira en Cienfuegos.
Aclaración realizada por Rafael García Grassa sobre cabildos africanos de la plazoleta de Triana y la reina de Caidige del 5/7/87 en la página cultural del periódico Adelante.
Antropología Lingüística. Imágenes realizadas por el Dr. Sergio Valdés Bernal: Diplomado de Antropología.
Artículo del Atlas Etnográfico de la Dra. Virtudes Feliú Herrera.
Artículo del periódico Adelante de fecha 3/2/1978 en ocasión del 464 Aniversario de la Fundación de la Villa por Manuel Villabella.
«Arrollando con los viejos tocadores»: entrevista realizada por Yanetsi León González a Rafael García Grassa para el periódico «Adelante»  el día sábado 21 de junio del 2008 (P 6).
Artículo de  Feliú Herrera, Dra. Virtudes: Atlas Etnográfico.
Diccionario Larousse.
Enciclopedia Encarta
Entrevista realiza a Rafael García Grassa el 19/11/08 y el 23/12/08 por Consuelo A. Sánchez.
Cuba Cruz María del Carmen: La Sociedad de instrucción y recreo «Antonio Maceo». Trabajo inédito. Biblioteca Provincial «Julio A. Mella», en Fondos raros y valiosos. 2008.
Foto 1 Cabildos de fiesta en Triana. Artista Naif Luis Manuel Torres.

Autor: Lic. Consuelo A. Sánchez Viamontes, Lic. Maileny García Cuenca. Colaboradores: GianNella Cordoví, Ángel Olazábal

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Los paseos y su historia

El paseo o desfile del San Juan camagüeyano puede que sea tan antiguo como el origen de estas festividades, o sea, que date de cuando muchas familias criollas hacían recorridos suntuosos para visitar sorpresivamente a sus conocidos o familiares en pleno jolgorio del San Juan.

Por entonces, resultaba común observar cómo para realizar el recorrido se unían varias familias y coches, estos últimos los engalanaban con cintas de colores y pencas de palmas, lo cual llamaba la atención de los pobladores, quienes salían a las calles para verlos pasar.

Eran tantos los paseantes, las aglomeraciones y tan sufrida la caballería que las autoridades de la época se vieron precisadas a adoptar algunas medidas que regularon y establecieron rutas fijas en la ciudad.

Con ello trataban de eliminar las obstrucciones en el tránsito, el empuja-empuja y uno que otro maltrato subido de tono que terminaba en reyerta, porque cada quien trataba de tener prioridad en el paso.

Además de los coches también abundaban las carretas adornadas. En ellas se transportaban hermosas jóvenes y grupos de músicos, a los que, a pie, acompañaban sus esclavos o gente de pueblo muy pobre quienes vestían los atuendos de sus respectivas naciones, o ridiculizaban e imitaban a ciertas personalidades o personajes. Esta presencia resultó insustituible por la alegría que aportaba al San Juan.

A través de los años aquellas carretas devinieron las actuales carrozas, y sus acompañantes en las comparsas, elementos que mucho aportan al lucimiento y colorido de los desfiles sanjuaneros.

Estos paseos marchaban por las barriadas más importantes de la ciudad, bien en una u otra dirección, desde La Vigía a La Caridad, porque ello obligaba a cruzar la ciudad de un extremo al otro por su parte más céntrica que incluía la Plaza de Las Mercedes, la Plaza de Marte y la calle Mayor, lugares en los que estaban ubicadas instituciones de renombre como la Colonia Española, el Liceo y el Ayuntamiento.

En la barriada de La Caridad era donde residían las más acaudaladas familias, allí se desarrollaba lo mejor de estos desfiles de disfraces, por eso a lo largo de la calle se colocaban faroles y antorchas para iluminar la noche, kioscos para la venta de refrescos y comidas populares…

Por mucho tiempo los desfiles giraban en aquella Plaza y emprendían el regreso por la Avenida a la calle de La Candelaria (Independencia), para regresar por Reina a La Vigía.

A esos recorridos fueron sumándose automóviles, presencia que no faltó en los paseos y que en ocasiones fungieron como carrozas en sustitución de los coches.

Las congas tuvieron su sello propio, y aunque se pretende relacionar el ritmo con los de las congas de otros territorios del país, lo real es que el toque camagüeyano resulta diferente, y en esto influyen las raíces de cada congregación o cabildo.

Además las congas estuvieron siempre presentes en estas fiestas, destacándose la del barrio de los Indios, la de las Cinco Esquinas, Matadero, Los Colorados y Rosario, y la rivalidad entre éstas fueron tan notorias debido a riñas tumultuarias y hechos de sangre, que por algunos años fue suspendida la presencia de ellas en los paseos, y solamente podían hacer sus toques en las respectivos territorios a expensas de látigo o cárcel, según quienes fueran.

Con el tiempo los integrantes se agruparon en sociedades, ordenaron su vestir, instrumentaron el ritmo y con el montaje de coreografías dieron vida a la festividad.

Como comparsas tradicionales fueron consideradas la de los dependientes de las tiendas del comercio, la de los estudiantes de la segunda enseñanza y la de la sociedad conocida como La Popular.

De todos los elementos que conforman el paseo, el que más se transformó y comercializó fue el de las carrozas, pues desde el pasado siglo fueron utilizadas por los comerciantes para promover sus productos.

Actualmente, el paseo constituye una de las mayores atracciones del San Juan camagüeyano y ninguno de los elementos que lo integran están en función de la comercialización, sino de ofrecer a la población períodos de buena creatividad, belleza y entretenimiento.

Autor: Adelante Digital

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Los piratas en Camagüey

El primero fue Jacques de Sores. En 1555 rondó por las haciendas de la costa norte, su destino final era La Habana. Robó quesos, reses, tasajo y mujeres. Las abandonó, ultrajadas, en Cayo Coco.El pirata inglés Henry Morgan asaltó y tomó Puerto Príncipe en 1668.

En el primer libro de bautismos de blancos de la Parroquial Mayor, al principio, se escribió: «Entró el enemigo inglés en esta villa y quemó los libros de bautismos hechos antes, el Jueves Santo al amanecer el 29 de marzo de 1668, y salió a 1°. de abril, mañana de la Resurrección del Señor, que se ha servido librarnos de semejante desdicha. Francisco Galcerán». Después de quemar parcialmente la villa, se llevó un rico botín.

En 1679 fue asaltada nuevamente, en esta ocasión por el pirata francés «caballero» François de Granmont, quien se hacía llamar Capitán Sonda. Ocupó brevemente la villa he hizo prisioneras a 14 mujeres. Luego se retiró, atacado constantemente por los principeños y con gran pérdida de hombres. Al cabo de un mes se marchó de la costa. Había recibido un fuerte rescate por las cautivas, quienes fueron liberadas sin daño alguno.

El pirata Jean Lafitte, de origen francés, operó en el golfo de México y el Caribe. En febrero de 1823 fue capturado, herido por tropas españolas. Se fingió grave y fue traído a la Sala de Blancos del Hospital de San Juan de Dios. Se fugó luego, y dejó las muletas en la puerta…

Tomado de Internet.

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Mis queridas calles camagüeyanas

Durante más de un año, desde el 18 de abril y hasta el 10 de julio del 1993, el periódico provincial Adelante convocó a un concurso, que consistía en la colección -en orden de aparición- por parte de los lectores, de los artículos publicados sobre las calles y callejones de Camagüey, que aparecían en la sección fija «Mis queridas calles camagüeyanas» firmados por Gustavo Sed Nieves.

Muchos fueron los lectores prendidos por esta acción: Hicieron aportes a la investigación sobre la historia de la ciudad, conocieron más del lugar donde viven y se nutrieron de la obra de aquellos que nos antecedieron.

El 9 de mayo de 1992 aparecía la siguiente nota en la mencionada sección:

Reina o República: Considerada en la época colonial la principal calle de la ciudad, por estar enlazada con dos de las entradas a la misma, y por elevado número de establecimientos comerciales –pulperías, reparación de calzados, sastrerías y otros- , que en 1857 sumaban 57.

Se extiende desde la Plazuela del Puente hasta la calle Ignacio Sánchez –actualmente «Chicho Valdés-, y cabe destacar que la construcción del ferrocarril central no afectó su curso, pues solo se demolieron las casas necesarias para poder materializar dicha obra, que cruza esa calle.

En 1899, el ayuntamiento cambió su nombre por el de La República, pero es conocida por República.

Javier de la Vega Basulto y Bernabé Boza Sánchez, generales del Ejército Libertador, nacieron en esta calle, donde vivieron el también general Maximiliano Ramos González, Carmen Barreto Estévez, de exquisita voz de soprano, y el médico e historiador José de la Luz Castellanos Mojarrieta. Asimismo se halla uno de los laterales de la estación ferroviaria, el busto del mártir Mario Aróstegui Recio, la entrada principal de la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad y la Plaza del mismo nombre, denominada actualmente de la Solidaridad.

También es interesante la casa donde residió el combatiente internacionalista Jesús Suárez Gayol, dedicada a perpetuar la memoria de los mártires del estudiantado camagüeyano.

La calle República, sigue siendo la principal arteria de la ciudad y en ella se expresa la vida del camagüeyano de hoy. Es un libro, en el que, a pesar del tiempo y del hombre, aún podemos leer la huella de cada momento histórico en algunos de sus edificios. A diario concurren a ella cientos o miles de personas para constituirse en un termómetro de la ciudad.

A través del tiempo y por diversas razones, unas por lógica de la vida, otras por mal manejo, esta importante calle ha perdido, poco a poco, el uso comercial que le dieron nuestros antecesores.

Los errores en materia de conservación del patrimonio suelen ser irreversibles. En buena medida, en el proceso de manejo patrimonial, en relación a Republica, eso ha fallado.

Conocer a profundidad la historia, es situarse en mejores condiciones de defenderla. Eso hacía Gustavo y el colectivo de Adelante con «Mis queridas calles camagüeyanas»: promover el conocimiento a través del concurso y convertir a cada lector en un ser consciente de los valores que existen en la ciudad que habitan.

¿Válido intentar un nuevo concurso?

Autor: José U. Rodríguez Barreras, Director de la OHCC, Tomado de www.ohcamaguey.co.cu

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Orígenes del San Juan Camagüeyano

El San Juan camagüeyano surgió fortuitamente en un mes de junio de hace tres siglos. Sus inicios se sitúan en el período caracterizado por un gran poderío económico en la comarca de Puerto Príncipe, auge alcanzado por las fabulosas ventas de ganado que se realizaban en la Villa.

Desde los extensos pastizales de nuestra geografía llegaban hacendados y peones que para realizar sus transacciones, y concentrados en los alrededores de la población, pasaban año tras año este a veces lluvioso mes. Estas largas esperas originaron reuniones familiares, encuentros entre amigos, fiestas y paseos que de alguna u otra forma hemos heredado.

Las actividades paralelas a las económicas siempre terminaban en carreras de caballos, con la participación activa de los peones. Se celebraban en el camino principal de la Villa, por lo que lo denominaron calle de «Las Carreras» (hoy Avellaneda). Posteriormente adoptó el nombre de «San Juan», porque se quería apareciera de manera oficial el patronímico del santo, festividad que celebraban el día 24 de junio y que se convirtió en el mayor exponente de la ciudad.

Competiciones y festejos de los monteros llegaron a una población que participaba e introducía sus costumbres, esas que con posterioridad disfrutaron, a su manera, los rústicos ganaderos del Puerto Príncipe.

La festividad del San Juan es oriunda de España, pero no en la forma en que la concibieron los principeños. El San Juan español es amigo de las romerías, y sobre todo, del fuego. Internacionalmente son muy famosas «las noches de San Juan».

En sus inicios nuestras celebraciones sanjuaneras no tuvieron afanes comerciales. Las bebidas eran preparadas en las casas y se preferían las refrescantes. Con el decurso de los años, esta costumbre fue degenerando y más de una vez surgieron disgustos entre vecinos, que concluyeron en tragedias sangrientas.

En el siglo XIX la festividad se prostituyó. Las firmas comerciales subvencionaban comparsas, carrozas y los adornos de las calles en una desaforada competencia, que se aprovechaba de la insolvencia e ignorancia populares.

Después del triunfo de la Revolución cubana comenzó a recuperarse la tradición perdida para incorporarla a la vida de una sociedad que no da cabida a los explotadores. Es el período en que surge el Teatro del Pueblo, se organiza la vieja tradición del «ajiaco camagüeyano» y cientos de manos cederistas laboraron para embellecer sus cuadras.

Actualmente, a su multiplicidad de actividades y al collage multicolor, se aúnan el tradicional ajiaco y las más diversas expresiones músico-danzarias, prolijas en presencias de nuestras raíces africanas y españolas.

Comparsas, congas, rumbas, disfraces y creatividades en función del ornato público, resultan los aspectos más distintivos que nos acompañan entre el 24 al 29 de junio desde 1760, en esta fiesta que, independientemente de sus diversas etapas, se ha caracterizado por ser de pueblo.

El 29, día en que concluye el carnaval que hacemos en Camagüey, constituye una de las fechas más importantes. Se realizan llantos fingidos por la muerte de San Pedro.

Este se representa con un muñeco confeccionado con ropas viejas, relleno de hierba seca y trapos que podía ser llevado en un ataúd o montado en una carretilla, para terminar quemado. Esta representación que también, se realiza en otros poblados de Cuba, para los camagüeyanos forma parte indisoluble del folklórico San Juan local.

Autor: Adelante Digital

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¿Piratas en Camagüey?

En la prematura fecha del 3 de mayo de 1493 el Papa Alejandro VI proclamó la soberanía absoluta de España sobre todas las tierras descubiertas y situadas al oeste de las Azores.

Muy pronto el Rey español aprovechó la Bula redactando disposiciones que le aseguraban eternamente el saqueo sin competencia de las riquezas americanas, dejando fuera del negocio no sólo a los demás países europeos sino incluso a todos los súbditos españoles que no fueran nacidos en Castilla.

Un único puerto fue habilitado en la Península para comerciar con el Nuevo Mundo: San Lúcar de Barrameda, en Sevilla.

Lógicamente nada de esto gustó en las capitales europeas. El Rey de Francia dijo en respuesta a la Bula Caetera: «El sol sale para mi como para los demás. Me gustaría ver la cláusula del Testamento de Adán donde se me excluye de una parte de mundo.» Francia, Inglaterra y otras naciones de Europa, sin más dilación enviaron al Caribe a sus corsarios a disputar los derechos a los conquistadores ibéricos.

Debido al fomento de la ganadería, a las favorables condiciones topográficas y a las abundantes cosechas, obtenidas a fuerza de brazos africanos, se elaboraba en Santa María del Puerto del Príncipe mucho queso, tasajo y casabe, estos productos se enviaban a los embarcaderos de La Guanaja y Jigüey, por el norte y al de Santa María en la costa sur, para aprovisionar los barcos que tocaban la costa, propiciando un activo comercio que trajo relativo bienestar a los habitantes de la Jurisdicción.

Cuenta la historia que el 2 de julio de 1555 tres naves piratas pertenecientes quizás a la flota de Jacques de Sores, asaltaron una hacienda situada en la costa norte de Camagüey nombrada Cubanga y ubicada por aquel investigador en un sitio nombrado Santa Gertrudis.

Los piratas, como es de suponer, robaron allí cuanto había e hicieron otras depredaciones. Este es el primer asalto del que se tiene noticia en la zona, poco tiempo antes de la toma de La Habana, realizada ese mismo mes por los franceses.

Numerosas comienzan a ser las apariciones de piratas europeos en las costas de Puerto Príncipe, aunque en honor a la verdad, la mayoría se contentaban con realizar contrabando con los naturales quienes no se contentaban menos que ellos al romper el férreo monopolio de la Metrópoli.

En ocasiones los negociantes no se ponían de acuerdo, o los extranjeros eran engañados por la picardía de la «gente de la tierra» y entonces salían a relucir las armas y las vendettas.

Por eso el 28 de mayo de 1574 llegó material de guerra solicitado por los vecinos de Puerto Príncipe al Gobernador ante la cada vez más frecuente aparición de piratas reclamando sus cuentas en todas partes. Esa vez fueron repartidas armas y municiones para la defensa, pagando cada vecino lo recibido.

Las mercancías europeas que entraban de contrabando por las costas de Camagüey eran revendidas a otras localidades del interior del país, lo cual constituyó un lucrativo negocio para algunos que luego llegaron a ser en la villa encumbrados personajes.

En 1603 los contrabandistas asaltaron dos naves procedentes de España frente a Cayo Romano; en estas embarcaciones viajaba la familia del Licenciado Melchor Suárez de Poago, Teniente Gobernador de Cuba.

Sólo algunos viajeros pudieron escapar del saqueo, y los restantes, desnudos fueron enviados a Baracoa por los contrabandistas, se dice que estos forajidos eran liderados por Diego Grillo, el pirata negro nacido en La Habana.

En 1604 el Gobernador Pedro de Valdés escribió al Rey «El contrabando va en mayor abundancia cada día(…) y de los lugares y puertos de esta Isla, con los herejes y piratas enemigos de Vuestra Majestad y de nuestra Santa Fe (…)Han tomado los enemigos mucha cantidad de fragatas cargadas en el puerto de Igney,-¿ sería jigüey ?- que es el Puerto del Príncipe, y quemado a Baracoa, y hecho lo mismo y saqueado a Santa Cruz del Cayo y lugares y puertos que están en la banda del Norte.»

Otras villas como Bayamo también realizaban este llamado comercio de rescate y fue precisamente en este lugar donde en 1604 se produjo el secuestro del Obispo de Cuba, Fray Juan de las Cabezas y Altamirano a manos de burlados piratas franceses, desembarcados en Manzanillo.

En su descripción de aquellas jornadas Altamirano cuenta cómo lo sacaron desnudo y descalzo caminando por sitios difíciles hasta que un principeño lo ayudó, el texto dice así: «Verdad es que a las seis leguas de la playa apareció un hidalgo de Puerto Príncipe llamado Juan Rodríguez de Cifuentes, que vivía en un hato cercano, el cual arriesgando su vida, me ofreció el caballo en que viajaba y me acompañó a pie hasta el navío(…)»

Los franceses eran dirigidos por Gilberto Girón, quien cayó junto a la mayoría de sus secuaces en una emboscada preparada por los pobladores de la región. El párroco fue rescatado con vida y… aquí vuelve a entrar Puerto Príncipe en esta historia de piratas, pues fue precisamente su Escribano Público y del Cabildo, Silvestre de Balboa Troya y Quesada quien legó a la posteridad la primera obra de la literatura cubana, escrita en Camagüey, y con este tema de la piratería llevado a una escala épica.

Dicen muchos entendidos que ya en esa época era tanta la complicidad de los vecinos de Puerto Príncipe en el tráfico con los «forbantes» que tuvo Don Silvestre que escribir la narración para limpiar la imagen de la muy noble y leal villa, e incluso la suya propia.

En una investigación abierta contra los implicados en el contrabando se comprobó que la mayoría de los notables estaban complicados, incluyendo a Teresa de la Cerda, descendiente directa del fundador de la villa, Vasco Porcallo de Figueroa.

Pero estas cosas, a esos niveles pronto se olvidan, «poderoso caballero es Don Dinero», es verdad que los hacendados dedicados a la reproducción de ganado de pronto tenían muchos más esclavos que los comprados legalmente, o que sus fortunas aumentaban antes de llegar la época de las ferias y las cosechas, o que de pronto sus señoras usaban joyas muy parecidas a las robadas poco antes en algún abordaje francés, pero quién se iba a poner a preocuparse demasiado por esas nimiedades si sus aportes monetarios estaban en regla con Dios y con el Cabildo…

El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publicó el 21 de diciembre del año 2001 un interesante artículo sobre la vida y obra de Ignacio Agramonte titulado «Seamos obreros de la Humanidad», este trabajo firmado por el prestigioso periodista Luis Suardíaz refiriéndose puntualmente al tema que nos ocupa refiere lo siguiente: «En la médula de las fortunas principeñas además de la explotación sin límites – detrás de cada gran fortuna hay un crimen, como bien sabía Marx y como escribió Balzac- se hallaba el contrabando que burlaba las disposiciones coloniales, principalmente con ingleses y holandeses, porque Don Dinero no tiene Patria, de modo que la fidelidad a España proclamada por los encumbrados era pura hipocresía».

Tomado de Internet.

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Pistolones ingleses

En 1631 el Ayuntamiento de Santa María del Puerto del Príncipe organizó una compañía de milicias para la defensa de la floreciente villa. No obstante, la prosperidad económica que desarrollaba la región extendió los rumores sobre la riqueza que atesoraba y los piratas la ubicaron en su zona de operaciones.El 28 de marzo de 1668 el célebre pirata inglés Henry John Morgan, al frente de cientos de filibusteros desembarcó en el puerto de Santa María y avanzó contra la villa.

El 29, Jueves Santo, en la mañana 800 pobladores salieron a cortarle el paso a los ingleses que los esperaban en formación de combate. Los bisoños combatientes principeños, con más decisión que armas y sin experiencia guerrera, se lanzaron de frente contra los veteranos soldados de Morgan que los barrieron con fuegos de mosquetes.

Luego de la primera descarga los caballos se encabritaron y los piratas arcabuceando a unos y degollando a otros persiguieron a los desgraciados pobladores que dejaron a más de 100 muertos en el campo. Aún así la villa ofreció tenaz resistencia hasta que se quedó sin municiones.

Entonces desconociendo la crueldad de Morgan, los vecinos creyeron en su palabra y se entregaron.

El saqueo duró varios días. El robo incluyó las campanas de las iglesias, vasos y ornamentos sagrados, cañones de bronce, 50 000 pesos en oro y plata, grandes cantidades de maíz, queso, algodón y tabaco, además de otros objetos de valor inestimable.

Cuando ya no hubo nada más que robar, Morgan mandó a prender fuego a la villa. En el Libro Primero de Bautismos para Personas Blancas iniciado entonces en la Parroquial Mayor de Puerto Príncipe, el padre Francisco Galcerán escribió: «Entró el enemigo inglés en esta villa y quemó los libros de bautismos fechos ántes, el Júeves Santo al amanecer, el 29 de marzo de 1668, y salió á 1 de abril mañana de la Resurrección del Señor que se ha servido librarnos de semejante desdicha.»

Los ingleses se llevaron también más de 500 reses saladas y la villa quedó en la miseria. Toda esta semana terrible con sus peripecias y detalles quedó narrada para la posteridad por el célebre pirata Alexander Olivier Esquemeling en su History of the Bucaneers of America, allí escribe «resolvieron de ir a otra plaza. Había uno entre ellos que proponía el asalto a la villa del Puerto del Príncipe (…) Esta propuesta fue al punto aceptada por Morgan y sus principales socios. Dieron orden a cada capitán para levantar áncoras y ponerse a la vela tomando la ruta hacia la costa más próxima del Puerto del Príncipe donde se halla una bahía intitulada El Puerto de Santa María».

En la inolvidable obra juvenil «El Corsario Negro», del italiano Emilio Salgari, también se hace mención de la toma de Puerto Príncipe desarrollada por Morgan, en el Capítulo XV El Filibusterismo, -página 150 de la edición cubana- allí dice: «Sin embargo el más famoso de todos iba a ser Morgan, el lugarteniente del Corsario Negro. A la cabeza de un buen número de filibusteros ingleses empezó su carrera tomando Puerto Príncipe en la Isla de Cuba».

Reseña que el autor vuelve a mencionar en la saga del Corsario Negro; «Yolanda» en el Capítulo IV Morgan – páginas 25 y 26 de la edición cubana, allí dice: «Morgan sólo esperaba la ocasión de mandar fuerzas suficientes para realizar sus grandiosos proyectos. Zarpa de la isla de la Tortuga anunciando que va a asaltar Puerto Príncipe en la isla de Cuba.

Un prisionero español que se encuentra a bordo de un navío de su flota, con un coraje temerario, se tira al agua y consigue llegar a tierra, para advertir al Gobernador de la ciudad del peligro que la amenaza.
El español tenía bajo su mando a ochocientos soldados valerosos y sabía que podía contar con la ayuda de la población.

Se pone en marcha contra los corsarios y emprende un desesperado combate con ellos pero tras cuatro horas de lucha los soldados se dispersan dejando sobre el campo de batalla entre muertos y heridos más de las tres cuartas partes. El mismo gobernador muere.

Morgan enorgullecido por su victoria, asalta la ciudad. A pesar de sus defensas y del valor de sus habitantes, la conquista y la saquea, pero obtiene escasas ganancias, ya que los habitantes han tenido tiempo de esconder en la selva sus pertenencias más valiosas.

Enterados por una carta que fue interceptada, de que un cuerpo expedicionario salía de Santiago para aniquilarlos, las relaciones entre los diferentes jefes de la filibustería se estropearon y lo acusaron de haberlos llevado a una empresa más arriesgada que beneficiosa.»

Miles de lectores jóvenes de todo el mundo han conocido en sus primeras referencias al mito del Caribe la aventura que significó para los filibusteros ingleses penetrar tantas millas en territorio hostil para adueñarse de un rico botín amasado fundamentalmente por el contrabando.

Revisando los textos que hablan sobre Morgan en Internet saltan a la vista estas palabras del connotado bandido refiriéndose precisamente al saqueo de Puerto Príncipe: «We marched 20 leagues to Porto Príncipe and with little resistance possessed ourselves of the same…On the Spaniard´s entreaty we forever to fire the town, or bring away prisoners, but on delivery of 1000 beves, released them all.»

Sobre el tema del incendio y su repercusión en la evolución arquitectónica de la ciudad el periódico camagüeyano Adelante aporta lo siguiente en su serie de artículos sobre el tema titulados Mi Barrio, publicados en noviembre de 1995 por los arquitectos Angel Pérez y Neity García: «Con el otro incendio de 1668, provocado esta vez por el corsario Henry Morgan, la villa queda de nuevo deshecha parcialmente, suceso que deseamos hacer coincidir con el período de formación de los tres primeros barrios principeños».

Tomado de Internet.

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Jorge Santos Caballero

Ensayista, crítico, narrador, periodista, curador de exposiciones de artes plásticas y profesor universitario. Máster en Ciencias, especialidad Cultura Latinoamericana, auspiciada por el Instituto Superior de Arte de Cuba; también tiene una Licenciatura en Derecho, cursada en la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Habana.

Ha sido editor de la revista Resonancias, de la Universidad de Camagüey, y de la Editorial Ácana, del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Camagüey.Es miembro de la Asociación de Escritores de la UNEAC, y de la cual es el presidente de la filial de esa Asociación en la provincia de Camagüey; integra, además, las filas de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, y de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales.

Ha publicado libros de ensayos: En la otra esquina del ring (edición corregida y aumentada, publicada por la editorial Ácana en el 2013); Los confines del Hacedor (Edición Ácana, 2009); Roa: voz y actitud (Edición Ácana, 2007); Desafíos en Claroscuro (Ediciones Vitral, Pinar del Río, 2006) y En la otra esquina del ring (coedición entre las editoriales Sanlope, de Las Tunas y Ácana, de Camagüey, en el 2004).

Está antologado, igualmente, en los libros Anuario de Puerto Príncipe 2002 (de investigación); Severo Sarduy. Escrito sobre un rostro (de ensayo, en el 2003), y La huella infidente y algún sobresalto (de cuento, en el 2003); y en el 2011, compiló la obra periodística y ensayística del poeta, ensayista y periodista Luis Suardíaz, bajo el título de Siempre se vuelve a Camagüey, todos estos publicados por la editorial Ácana.

En el 2013, fue antologado en una colección de textos en inglés preparada por el investigador Larry Grimes y Bickford Sylvester, la cual agrupa a estudiosos de varios países que se dedican a analizar la vida y la obra de Ernest Hemingway, y que fue publicado por la Universidad de Kent, Ohio, en Estados Unidos de América. El libro en cuestión se titula Hemingway, Cuba, and the Cuban Works.

De igual manera, textos suyos aparecen en periódicos y revistas nacionales y extranjeras dedicadas a la literatura, el arte, la historia y la política, ya sea en formato digital o impresos. Tiene en proceso editorial por Ácana, el ensayo histórico Entre esperanzas y desventuras: la Escuela Provincial de Artes Plásticas José Martí, de Camagüey (1952-1962).

Ha impartido cursos de postgrado de Comunicación; de Relaciones Públicas; de Metodología de la Investigación; de Promoción del Libro y la Literatura; de Cine; y, de Herramientas básicas para escribir ensayos, críticas, reseñas, artículos y comentarios; así como diferentes cursos de superación para Habilitación de libreros; y ha impartido, asimismo, innumerables conferencias sobre literatura, arte e historia en universidades, altos centros de estudios científicos y culturales cubanos.

Ha intervenido en eventos nacionales e internacionales de literatura, arte e historia y politología en calidad de ponente o jurado, y ha obtenido premios literarios en múltiples concursos del país. Es curador de exposiciones de artes plásticas, de las que ha realizado hasta el momento más treinta.
Estudia con asiduidad las obras de Ernest Hemingway y Raúl Roa García; también, el período republicano cubano de 1902 a 1958, y el actual acontecer socio-político del país.

Ha intervenido como ponente en los XV Coloquios Internacionales Ernest Hemingway, organizados hasta el 2015 por el Museo de igual nombre en La Habana, la Fundación Hemingway de Estados Unidos de América, y la Cátedra Hemingway del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, de Cuba.

Participó como ponente no asistente, aprobado como tal por el comité organizador del Simposio Poesía versus Filosofía. Vida, artefacto y teoría, auspiciado por la Universidad de Texas, Estados Unidos de América, en abril del 2013, con la ponencia ¿Por qué estamos obligados a mirar la obra de arte o literaria desde una concepción política e ideológica?

Dirige y conduce desde el 2006, el espacio Pluralidades: Debates teóricos, con frecuencia mensual, patrocinado por la UNEAC en Camagüey, y que versa sobre temas cruciales de la sociedad cubana; e, igualmente, desde el 2011, mantiene el espacio mensual relacionado con temas culturales, políticos, históricos y sociales bajo el título, Conversando en el café con Jorge Santos Caballero, en la librería Ateneo- Viet Nam, auspiciado por el Centro Provincial del Libro y la Literatura de Camagüey y su Centro de Promoción y Desarrollo para la Literatura Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Tiene un blog sobre aspectos de debates culturales cubanos conocido como el elvigiadepluralidades. El 23 de junio 2013, le fue otorgada Distinción Finca Vigía, por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba y el Museo Ernest Hemingway, por su destacada contribución a la preservación y promoción del legado cubano de Hemingway. Ha recibido otros premios y reconocimientos en su trayectoria como intelectual.

Preside la Comisión de Trabajo Cultural Comunitario, Tradiciones y Patrimonio de la UNEAC en Camagüey, y es miembro de la Comisión José Antonio Aponte (Filial Camagüey); así como de la Cátedra Hemingway del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, de Cuba, y de la Sociedad Art Decó (Filial Camagüey). Ha impartido clases en la Universidad de Camagüey, y en el Centro Provincial de Superación para el Arte y la Cultura de Camagüey.

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Jesús David Curbelo

Poeta, narrador, ensayista, crítico literario, traductor y profesor universitario; una de las voces contemporáneas imprescindibles y de alto reconocimiento dentro de la Isla. Licenciado en Letras por la Universidad Central de Las Villas, 1988. Fue miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) hasta el año 2000 y, actualmente, es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

En su quehacer se ha desempeñado como: 1988-1993: Asesor literario en los municipios Najasa y Camagüey, en la provincia Camagüey. 1995: Editor de las Ediciones Ávila, en la provincia Ciego de Ávila. 1996-2002: Director de la Editorial Ácana del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Camagüey.

 2002-2004: Escribe una columna quincenal en la publicación digital Cubaliteraria, destinada a la reflexión crítica sobre la poesía.
2004-2010: De conjunto con Roberto Manzano y Susana Haug Morales, impartió el Diplomado Historia, Teoría y Práctica de la Creación Poética, en el cual explicaba la asignatura Historia de la Creación Poética; convertido hoy en el Proyecto Pedagógico «Laboratorio de Escrituras», auspiciado por el Festival de Poesía de La Habana.

Además, tuvo a su cargo el diseño conceptual de la editorial Ácana y trabajó en el concepto editorial de la revista Antenas. En el año 1990, fue editor de la revista Antenas, que publica el Centro del Libro y la Literatura en Camagüey. 
Durante 1996 y 1997, se desempeñó como Director de dicha publicación y, desde 1998 hasta el 2002, laboró en ella como Subdirector.

Actualmente, desde el 2004, es Profesor Asistente de la Universidad de La Habana, donde ha enseñado Literatura General en la Facultad de Comunicación Social y Literatura Latinoamericana en la Facultad de Artes y Letras; desde el 2002 es Jefe de Redacción de Poesía en Ediciones Unión, La Habana; y es guionista y conductor del espacio televisivo A trasluz, dedicado a conversar sobre poética con poetas cubanos contemporáneos, que se trasmite desde el 2010 por el canal educativo, los lunes después de las 6:45 de la tarde. Forma parte, también, del Consejo Editorial de la revista La Letra del Escriba, perteneciente al Instituto Cubano del Libro.
Ha impartido conferencias, charlas, conversatorios, y otras acciones de superación acerca de la edición de textos, tanto en los temas de gerencia y gestión editorial, como en el tema cuidado de la edición. Durante los años 2000 y 2001, formó parte del equipo de profesores del Curso de Edición impartido en la provincia Camagüey. Allí se ocupó de la asignatura Fundamentos editoriales, que incluía en su programa un amplio espectro tanto acerca del concepto editorial libro como sobre el concepto editorial revista. En 2003 participó en el Congreso Internacional Cultura y Desarrollo como ponente en el tema: Edición de libros, revistas culturales y creación literaria en Cuba. 
También ha sido jurado de importantes premios y concursos nacionales tanto de poesía como narrativa y ensayo.

Obra

POESÍA

* Insomnios (Ed. Acana, Camagüey, 1994)
* Extraplagiario (Ed. Holguín, Holguín, 1995)
* Salvado por la danza (Ed. Unión, La Habana, 1995)
* Libro de cruel fervor (Ed. Capiro, Santa Clara, 1997)
* Libro de Lilia Amel (Ed. Sed de Belleza, Santa Clara, 1998)
* El lobo y el centauro (Ed. Capiro, Santa Clara, 2001)
* Cirios (Ed. Ácana, Camagüey, 2002)
* Apología del silencio (Ed. Extramuros, La Habana, 2003)
* El mendigo de Dios (Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2004)
* Parques (Ed. Capiro, Santa Clara, 2004)
* Éxodo (Ed. Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 2004)
* Aprendiendo a callar (Ed. Unicornio, La Habana, 2005)
* Sonetos imperdonables (Ed. Ácana, Camagüey, 2006)
* Cárcel, memoria y abrigo (Ed. Capiro, Santa Clara, 2008)
* Las quebradas oscuras (antología personal, Editorial Letras Cubanas, 2008)
* Lilia Amel (Ed. Gente Nueva, 2010)

NOVELA

* Inferno (Ed. Letras Cubanas, La Habana, 1999)
* Diario de un poeta recién cazado (Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1999 y 2001; Conexión Gráfica, Guadalajara, México, 2002; Ibis Rouge Editions, Guyana, Francia, 2004; Éditions du Cercle, París, 2005).
 * Cuestiones de agua y tierra (Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2008).

CUENTO

* Cuentos para adúlteros (Ed. Chau Bloqueo, Buenos Aires, l995; Ed. Letras Cubanas, La Habana, l997)
* Tres tristes triángulos (Reina del Mar Editores, Cienfuegos, 2000)
* Las (di)versiones de Eva (Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2003)
* Otros cuentos de amor, de locura y de muerte (Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2006)

TRADUCCIONES

* Poemas escogidos de John Donne, (Ed. Arte y Literatura, 2002).
* El peor de la manada de Joachim du Bellay (Ed. Ácana, 2002).
* Cantos de inocencia y Cantos de experiencia de William Blake, en colaboración con Susana Haug, (Casa de Letras, 2004).
* Vida nueva de Dante Alighieri (Ed. Arte y Literatura, 2005).
* Antología de Spoon River de Edgar Lee Masters, en colaboración con Susana Haug (Ed. Arte y Literatura, 2007).

TEXTOS EN ANTOLOGÍAS

* Jugando a juegos prohibidos (Ed. Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 1992), Poesía.
* El cuerpo inmortal (Ed. Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 1997), Cuento. 
 * Perverso ojo cubano (Ed. La Bohemia, Buenos Aires, 1999), Cuento.
* Aire de luz (Ed. Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 1999), Cuento.
* La terra delle mille danze (Ibiskos Editrice, Florencia, 1999), Cuento.
* The inmortal body (Ed. José Martí, Ciudad de La Habana, 2000), Cuento.
* Palabra de sombra difícil, Casa Editora Abril*Editorial Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 2001). Cuento.
* De Cuba te cuento (Ed. Plaza Mayor, Puerto Rico, 2002). Cuento.
* Conversación con el búfalo blanco (Editorial Letras Cubanas, Ciudad de La Habana, 2005). Cuento.
* Las escamas del dragón (Editorial Lengua de Trapo, Madrid, 2005). Cuento.
* Pequeñas Resistencias/Little Resistance: Antologia Del Nuevo Cuento Norteamericano y Caribeño, Pujol & Amado S.L.L., Estados Unidos, 2005. Cuento.
* Kubánská čítanka: španělsko*české vydání (Labyrint) Praga, 2006. Cuento.
* Cuba on the Edge. Short Stories from the Island (Critical, Cultural and Communications Press), Nottingham, Great Britain, 2007. Cuento. 
 * New Cuban Fiction (Dalkey Archive Press), USA, 2007. Cuento.
* El hacer poético (Ed. Veracruzana, Veracruz, México, 2008). Entrevistas sobre pensamiento poético en Hispanoamérica.
* Más cuentos infieles (Ed. Unión, 2009).

Ha publicado poemas, cuentos, ensayos, traducciones, entrevistas y artículos de crítica literaria, de artes plásticas y cinematográfica en las revistas Casa de las Américas, Revolución y Cultura, La Gaceta de Cuba, Unión, Sic, El Caimán Barbudo, La Letra del Escriba, La Jiribilla, Amnios, Antenas, Ámbito, Quehacer, La Revista del Vigía, Alma Mater, Cinema, Videncias, Resonancias, Cauce y La Noria. Ha colaborado también con poemas, cuentos, reseñas, ensayos y traducciones en algunas revistas extranjeras: Zurgai (España), Azahar (España), Cuadernos hispanoamericanos (España), Nuevo texto crítico (Estados Unidos), Niederngasse (Suiza), Blanco móvil (México), Alforja (México), La Otra Gaceta (México), Agulha (Brasil), Revista de la Facultad de Lenguas Modernas. Universidad Ricardo Palma (Perú), Literatur Nachrichten (Frankfurt, Alemania). Sus poemas, cuentos, entrevistas, ensayos y artículos han sido traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, checo, neerlandés y chino.

Premios y Reconocimientos:

* «David» de Poesía en 1991 por «Salvado por la danza».
* «Regino Boti» de Cuento en 1992 por «Cuentos para adúlteros».
* «Emilio Ballagas» de Poesía en 1993 por «Libro de Lilia Amel». 
 * «Adelaida del Mármol» de Poesía en 1994 por «Extraplagiario».
* «Fundación de la Ciudad de Santa Clara» de Poesía en 1996 por «Libro de cruel fervor».
* Revolución y Cultura de Cuento en 1996 por «Diez minutos de parada».
* Beca de la UNEAC a proyecto de novela, 1997.
* «Bustarviejo» de Poesía, Madrid, 1998.
* «José Soler Puig» de Novela, 1998 por «Diario de un poeta recién cazado».
* Beca de la UNEAC a proyecto de novela, 1998.
* «Reina del Mar» de Cuento, 1999 por «Tres tristes triángulos».
* Distinción por la Cultura Nacional, 1999
* «Ser fiel» de Poesía, 2000 por «El lobo y el centauro».
* Premio Nacional de la Crítica Literaria 2001 a su libro «El lobo y el centauro».
* «Rafael Soler» de Cuento, 2002 por «Las (di)versiones de Eva».
* «Fundación de la Ciudad de Santa Clara» de Poesía, 2003 por «Parques».
* Premio Nacional de la Crítica Literaria 2004 a su libro «Parques».
* Premio Silvestre de Balboa 2006 al conjunto de su obra literaria.

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Gustavo Pérez Fernández

Poeta, fotógrafo y videasta. Tiene publicados los poemarios «Aunar lo imprevisible», «Por el ojo del tiempo», «Friso de la vida» y «El cuaderno de las Sombras». Textos suyos han aparecido en varias antologías dentro y fuera de Cuba.

Su labor como documentalista, ha sido reconocida en importantes festivales y concursos del país. Es miembro de la UNEAC, y miembro de honor de la AHS. Ostenta la Distinción por la Cultura Nacional.Ha publicado los libros de poesía Aunar lo imprevisible, Ed. Ácana, Camagüey, 1994; Por el Ojo del Tiempo, Ed. Unión, La Habana, 1997, Friso de la vida, Ed. Ácana, Camagüey, 2000 y El cuaderno de las sombras, Ed. Ácana, Camagüey, 2004. Textos suyos han aparecido en antologías poéticas realizadas dentro y fuera del país, así como en publicaciones periódicas internacionales. Reseñas críticas sobre su obra poética pueden encontrarse, en La Gaceta de Cuba y El Caimán Barbudo.

Obra audiovisual:

Es autor de más de quince documentales, entre los que pueden destacarse Amigos del Mal y Buscando a Celine Dion Premio «Luces de la Ciudad» de la Muestra Audiovisual «El Almacén de la Imagen», 1995; El Viaje, Premio «Caracol» de la UNEAC, 1996; Vidas Retiradas o Tacones Lejanos, 1997; Tocando al Viento, 1998; Caidije: la Extensa Realidad, 2000 (seleccionado para participar en la Primera Muestra de Cine Joven del ICAIC); y La Tejedora: su Extensa Realidad Gran Premio del Festival Nacional de Tele Centros; Premio «Vitral» del Movimiento Nacional de Vídeo; y Premio «Caracol» de la UNEAC, 2001; y Despertando a Quan Tri, Gran Premio del Festival Nacional de Telecentros, 2005; Tercer Premio Festival Internacional de Documentales «Santiago Álvarez In Memoriam», Santiago de Cuba, 2005 y Premio Pobreza Zero, Festival Internacional de Cine Pobre Gibara, 2006.

Participó en el Festival Internacional de cine de La Habana, 2006, con el documental Todas iban a ser reinas. Ha tenido a su cargo la realización de varios vídeo clip, entre los que se destaca Romance de la Luna Premio «Lucas», 1999.En el 2007 participo con su proyecto «Transitando» en el Suni Side of the Doc, European Spot, en la Rochelle, Francia. Seleccionado por Cuba para participar en el primer encuentro de cine Documental Suecia-Cuba.Ha realizado exposiciones personales de su obra fotográfica en Cuba, Bélgica, Portugal e Italia.

Su obra fotográfica ha sido reseñada en la revista El mar y la montaña de Guantánamo y en Schwarzweiss (DAS MAGAZÍN FÜR FOOTOGRAFIE), de Alemania.Labora en Televisión Camagüey como Director de Programas hace más de quince años. Ha recibido numerosos reconocimientos a su labor artística. Ostenta la Distinción por la Cultura Nacional. Es miembro de la UNEAC y Miembro de Honor de la AHS.

Exposiciones Colectivas:

2009
* Convergencia. Galería Salvador Cisneros, Camagüey
* Olhares de Lisboa Galería Casa de América Latina
2008
* Regeneración Galería Julián Morales UNEAC, Camagüey Arboleda.
* Cuerpo es Cuerpos, Galería Jesús Gallardo, León, Guanajuato, México 2005
* Chatarra viva, Galería del Centro Provincial de las Artes Plásticas en Camagüey. 2005
* El mar, siempre el mar. Galería «Salvador Cisneros». Camagüey
2004
* Simulaciones Centro Provincial de Artes Plásticas. Camagüey
* El momento perfecto. Galería Alejo Carpentier. Camagüey
* Online «Cuba mi Amor»
2003
* Arte religioso. Galería «Alejo Carpentier». Camagüey.
2002
* Dícese mujer… Galería «Fidelio Ponce», Oficina del Historiador de la Ciudad.
1999
* Las Imágenes Posibles No. 4. Casa del Joven Creador. Camagüey.
* Camagüey Legendario. Casa del Publicista. Camagüey.

Salones y Concursos:

2008
* Salón de la Ciudad
* Salón de Arte Contemporáneo, Galería Julián Morales, UNEAC, Camagüey
2007
* Salón Regional de pequeño formato Proyecto Cultural EJO. Camagüey
2006
* Salón de Pequeño Formato. Proyecto Cultural EJO. Camagüey.
2005
* Salón de la Ciudad.
2004
* Salón Provincial «Fidelio Ponce»
* Salón de la Ciudad 490 aniversario de la Villa
* Segundo Salón Provincial de Fotografía «Miguel Adolfo Bello»
* Premier Salón de Pequeño Formato Proyecto Cultural EJO. Camagüey
2000
* Salón de la Ciudad.
* Primer Salón provincial de Fotografía «Miguel Adolfo Bello», Oficina del Historiador de la Ciudad. Camagüey
2002
* Salón de la ciudad.
* Salón provincial de Artes Plásticas «Fidelio Ponce de León»
2001
* Salón de la Ciudad.
2000
* Salón Provincial de Artes Plásticas «Fidelio Ponce de León»
* Salón de la Ciudad.
1999
* Salón Provincial de Fotografía Camagüey· 99.
* Salón Provincial de Artes Plásticas «Fidelio Ponce de León»
* Salón de la Ciudad. Camagüey.

Premios Obtenidos:

2008
* Primer premio Salón de la Ciudad
2007
* Premio ISA, Premio Oficina del Historiador de la ciudad Salón Regional de pequeño formato
2006
* Premio del Museo Casa-Quinta «Amalia Simoni». Segundo Salón de Pequeño Formato Galería Miranda Proyecto Sociocultural EJO.
2005
* Mención, Salón de la Ciudad.
* Tercer Premio II Salón Provincial de Fotografía «Miguel Adolfo Bello».
* Premio de la Oficina del Historiador de la Ciudad Primer Salón de Pequeño Formato
* Galería Miranda Proyecto Sociocultural EJO.
2003
* Premio de la «Galería Estudio JOVER», Primer Salón «Miguel Adolfo Bello». Oficina del Historiador de la Ciudad.
1999
* Segundo Premio. Salón Provincial de Artes Plásticas «Fidelio Ponce de León»

Exposiciones Personales:

2009
* Carta de Relación II Galería Alejo Carpentier. Camagüey
* Simulation’s Universidad Williams and Mary. Virginia, Estados Unidos
2007
* Cuba en una casa, Galería Esmeralda Pimentel. Lisboa, Portugal
* Apuntes de Lisboa. Galería Julián Morales UNEAC, Camagüey
2005
* A La Rumba ya no voy ma. Si, ta` bien: Galería «Salvador Cisneros». Camagüey
2004
* Mirar de Otro Modo. Librería «Ateneo». Camagüey
2003
* Cuba Blue (s). Galería «Wereldwinkel», Hasselt, Bélgica.
* Trinidad. Galería «Miranda» Proyecto Cultural EJO. Camagüey
2001
* «Cartas de Relación». Galería Julián Morales de la UNEAC. Camagüey.
* Un Cariño poderoso I San Pablo de Yao. Sierra Maestra, provincia Granma. (Proyecto comunitario en coordinación con la TV Serrana).
* Ven, mortal, y considera. Exposición colateral al Salón «Fidelio Ponce de León».
* La luz del Continente. Del 13 de Julio al 23 de agosto, itinerante por las ciudades italianas de Spezia, Levanto, Porto Venere, Brugnato, Ameglia y Framura.
2000
* Aunar lo imprevisible. Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba. (UNEAC). Filial Guantánamo.
* Cuba mía. Galería «Soulfood». Hasselt. Bélgica.
* Galería «Wereldwinkel». Hasselt. Bélgica.
* Rumores Complejo Cinematográfico Chaplin. Sede de la Cinemateca de Cuba. Ciudad de La Habana.
* La Extensa Realidad Galería de Arte Universal «Alejo Carpentier». Camagüey

Otros Reconocimientos:

Ha colaborado con el periódico Adelante de su provincia. Una de sus imágenes fue incluida en el afiche promocional de los escritores cubanos invitados a La Feria del Libro de Guadalajara, México, 1999.Ha realizado la portada de los libros «Zona de exorcismo», de Jhortensia Espineta, Editorial Ácana, 2007 y «Seres en el Borde», de Oneyda González, Ácana, 2008.Ha escrito palabras al catálogo de varias exposiciones. Sus fotos ilustran la revista de Arte y Literatura «El Mar y la Montaña», Guantánamo, marzo, 2004.Su obra ha sido reseñada en la revista Schwarzweiss (DAS MAGAZÍN FÜR FOOTOGRAFIE), de Alemania.

Obra en Colecciones:

Obras suyas se encuentran en colecciones privadas de los Estados Unidos, Alemania, Italia, Irlanda, Portugal y Bélgica.

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