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jueves, abril 25, 2024

Pistolones ingleses

En 1631 el Ayuntamiento de Santa María del Puerto del Príncipe organizó una compañía de milicias para la defensa de la floreciente villa. No obstante, la prosperidad económica que desarrollaba la región extendió los rumores sobre la riqueza que atesoraba y los piratas la ubicaron en su zona de operaciones.El 28 de marzo de 1668 el célebre pirata inglés Henry John Morgan, al frente de cientos de filibusteros desembarcó en el puerto de Santa María y avanzó contra la villa.

El 29, Jueves Santo, en la mañana 800 pobladores salieron a cortarle el paso a los ingleses que los esperaban en formación de combate. Los bisoños combatientes principeños, con más decisión que armas y sin experiencia guerrera, se lanzaron de frente contra los veteranos soldados de Morgan que los barrieron con fuegos de mosquetes.

Luego de la primera descarga los caballos se encabritaron y los piratas arcabuceando a unos y degollando a otros persiguieron a los desgraciados pobladores que dejaron a más de 100 muertos en el campo. Aún así la villa ofreció tenaz resistencia hasta que se quedó sin municiones.

Entonces desconociendo la crueldad de Morgan, los vecinos creyeron en su palabra y se entregaron.

El saqueo duró varios días. El robo incluyó las campanas de las iglesias, vasos y ornamentos sagrados, cañones de bronce, 50 000 pesos en oro y plata, grandes cantidades de maíz, queso, algodón y tabaco, además de otros objetos de valor inestimable.

Cuando ya no hubo nada más que robar, Morgan mandó a prender fuego a la villa. En el Libro Primero de Bautismos para Personas Blancas iniciado entonces en la Parroquial Mayor de Puerto Príncipe, el padre Francisco Galcerán escribió: «Entró el enemigo inglés en esta villa y quemó los libros de bautismos fechos ántes, el Júeves Santo al amanecer, el 29 de marzo de 1668, y salió á 1 de abril mañana de la Resurrección del Señor que se ha servido librarnos de semejante desdicha.»

Los ingleses se llevaron también más de 500 reses saladas y la villa quedó en la miseria. Toda esta semana terrible con sus peripecias y detalles quedó narrada para la posteridad por el célebre pirata Alexander Olivier Esquemeling en su History of the Bucaneers of America, allí escribe «resolvieron de ir a otra plaza. Había uno entre ellos que proponía el asalto a la villa del Puerto del Príncipe (…) Esta propuesta fue al punto aceptada por Morgan y sus principales socios. Dieron orden a cada capitán para levantar áncoras y ponerse a la vela tomando la ruta hacia la costa más próxima del Puerto del Príncipe donde se halla una bahía intitulada El Puerto de Santa María».

En la inolvidable obra juvenil «El Corsario Negro», del italiano Emilio Salgari, también se hace mención de la toma de Puerto Príncipe desarrollada por Morgan, en el Capítulo XV El Filibusterismo, -página 150 de la edición cubana- allí dice: «Sin embargo el más famoso de todos iba a ser Morgan, el lugarteniente del Corsario Negro. A la cabeza de un buen número de filibusteros ingleses empezó su carrera tomando Puerto Príncipe en la Isla de Cuba».

Reseña que el autor vuelve a mencionar en la saga del Corsario Negro; «Yolanda» en el Capítulo IV Morgan – páginas 25 y 26 de la edición cubana, allí dice: «Morgan sólo esperaba la ocasión de mandar fuerzas suficientes para realizar sus grandiosos proyectos. Zarpa de la isla de la Tortuga anunciando que va a asaltar Puerto Príncipe en la isla de Cuba.

Un prisionero español que se encuentra a bordo de un navío de su flota, con un coraje temerario, se tira al agua y consigue llegar a tierra, para advertir al Gobernador de la ciudad del peligro que la amenaza.
El español tenía bajo su mando a ochocientos soldados valerosos y sabía que podía contar con la ayuda de la población.

Se pone en marcha contra los corsarios y emprende un desesperado combate con ellos pero tras cuatro horas de lucha los soldados se dispersan dejando sobre el campo de batalla entre muertos y heridos más de las tres cuartas partes. El mismo gobernador muere.

Morgan enorgullecido por su victoria, asalta la ciudad. A pesar de sus defensas y del valor de sus habitantes, la conquista y la saquea, pero obtiene escasas ganancias, ya que los habitantes han tenido tiempo de esconder en la selva sus pertenencias más valiosas.

Enterados por una carta que fue interceptada, de que un cuerpo expedicionario salía de Santiago para aniquilarlos, las relaciones entre los diferentes jefes de la filibustería se estropearon y lo acusaron de haberlos llevado a una empresa más arriesgada que beneficiosa.»

Miles de lectores jóvenes de todo el mundo han conocido en sus primeras referencias al mito del Caribe la aventura que significó para los filibusteros ingleses penetrar tantas millas en territorio hostil para adueñarse de un rico botín amasado fundamentalmente por el contrabando.

Revisando los textos que hablan sobre Morgan en Internet saltan a la vista estas palabras del connotado bandido refiriéndose precisamente al saqueo de Puerto Príncipe: «We marched 20 leagues to Porto Príncipe and with little resistance possessed ourselves of the same…On the Spaniard´s entreaty we forever to fire the town, or bring away prisoners, but on delivery of 1000 beves, released them all.»

Sobre el tema del incendio y su repercusión en la evolución arquitectónica de la ciudad el periódico camagüeyano Adelante aporta lo siguiente en su serie de artículos sobre el tema titulados Mi Barrio, publicados en noviembre de 1995 por los arquitectos Angel Pérez y Neity García: «Con el otro incendio de 1668, provocado esta vez por el corsario Henry Morgan, la villa queda de nuevo deshecha parcialmente, suceso que deseamos hacer coincidir con el período de formación de los tres primeros barrios principeños».

Tomado de Internet.