Portal Cultural de Camagüey

miércoles, abril 24, 2024

Martha Jiménez hablaba poco, ya no…

“He sido una persona que habla poco”, dijo la artista de la plástica Martha Jiménez y eso creíamos hasta hoy que demostró lo contrario en un conversatorio propiciado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

Estaba a gusto con quien sí tiene fama de buena conversadora, la jovencita Carmen Rosa Olazábal, entre admiradores de su obra y entusiastas de la cultura camagüeyana, todos en el Callejón de los Milagros, un nombre fascinador.

“Fui criticada. Me dijeron que era ingenua, primitivista pero no sabían lo que llevaba dentro. Como mujer he sido rebelde. Trabajo el hombre pero lo hago chiquitico”, y sonrió al exclamar “¡perdónenme!”.

Martha contó anécdotas relacionadas con el conjunto escultórico de la Plaza del Carmen, Premio de la Unesco desde 1997, como la figura de Matao el aguador o de Las Chismosas que un día encabezaban una cola del vecindario.

A la magia natural de la obra añadió el mito de conceder luz, es decir, la gracia a quien con fe toque la llama del candil, o el don de hacer cumplir tres deseos a quien se siente en el taburete vacío, y allí se han sentado desconocidos o famosos como el crítico de arte cubano Rufo Caballero o la esposa del actual presidente de Estados Unidos.

“El arte puede modificar al hombre. Puede romper una frontera, ya sea política, etc. En el arte no somos normales, digo los artistas de verdad que sienten”, enfatizó poco después de declarar su admiración por los jóvenes y su amor por los niños con el ejemplo del proyecto de creación Pincel con alma de beso.

Ella, que ha viajado tanto, ha recibido grandes elogios del circuito mundial del arte, asoció el bienestar al espacio del hogar: “La mayor felicidad del ser humano es la familia”.

También comentó del proceso para la escultura a Nicolás Guillén, emplazada aquí como celebración del natalicio 120 de quien trascendió como Poeta Nacional de Cuba; y en cuanto a la experiencia en el exterior reciente se refirió al vínculo creativo con Turquía.

“Desde que llegué me sorprendió su cultura, su gente, pero ellos estaban más sorprendidos conmigo”, añadió sin autosuficiencia, de hecho confesó que andaba “completamente despistada” y no imaginaba que ganaría el premio de la bienal ni que sus dos obras quedarían emplazadas en un parque.

Otro país que recientemente la ha ponderado fue España, al otorgarle la Medalla de Oro Mayte Spínola por la relevante trayectoria como creadora, una trayectoria forjada principalmente en Camagüey, donde decidió asentarse y en los inicios encontró a un maestro en el alfarero Miguel Báez.

“Ves que tienes tu obra. Convéncete”, fue una expresión del amigo y apasionado de su obra, el inolvidable Eusebio Leal, Historiador de La Habana, quien respondió así cuando ella, sorprendida, le comentó de la invitación oficial a Florencia para participar en el aniversario 500 del natalicio de Leonardo da Vinci.

El diálogo concluyó con la evocación al entrañable intelectual: “Eusebio soñaba con una pieza mía en La Habana”, y ella pudo complacerlo con la escultura en hierro titulada Contra viento y marea, en la Avenida del puerto, como regalo al medio milenio de la urbe, luego de cuatro meses de trabajo en un taller en Bauta.

El día de la inauguración, Eusebio, orador incomparable, expresó: “Martha nos permite, como ella, atravesar el tiempo; ir en este inmenso ciclo cargando nuestra propia casa, que es cargar nuestra fe, nuestras aspiraciones, luchando contra las dificultades que impone el andar, el ir hacia delante que es, en definitivas, el más grande desafío: ir siempre hacia delante”.

Y seguimos adelante como montados en el triciclo de “Contra viento y marea”, porque esa energía insufló escuchar a Martha, habladora como nunca, uno de los milagros posibles en ese callejón camagüeyano, hasta donde se ha extendido la Feria de Artesanía 500+.

La filial de la AHS, en alianza con el Fondo Cubano de Bienes Culturales, levantó campamento allí hasta el domingo con el Proyecto Dando y Dando, concebido para la venta de obras por los propios artistas e intercambios del programa teórico del 33 Salón de la Ciudad, en el contexto de la Semana de la Cultura.

Por Yanetsy León González/ Adelante