El espacio galerístico Nicolás Guillén enfoca sus mejores luces a quien ha sido el encargado de hacer brillar la obra visual de otros. Toca hoy el protagonismo al diseñador gráfico Alejandro Bonet Piñón con su muestra personal Horizontes de sentidos.

Es la segunda exposición suya aquí, aunque a diferencia de aquella primera vez en que con timidez asomó con bien logrados identificadores, ahora amplía el abanico con el equilibrio de un profesional, indiscutiblemente versátil, con referentes desde la cuna por ser hijo del admirado diseñador Armando Bonet (1933-2006), quien nombra la galería de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS) en la calle Maceo, de la ciudad de Camagüey.

Alejandro Bonet pertenece a una generación de creativos que aprehendió en un taller con herramientas analógicas. Imaginémoslo en escena. A golpe de pincel y de centropen con una regla sobre una mesa trazaba en papel letras para recortar, fotografiar y luego armar el texto de un cartel, un suelto o una valla.

Empezó en 1981 como dibujante en la Unidad de Propaganda del Partido Comunista de Cuba en Camagüey. Allí se le abrió la puerta a Adelante al colaborar en la realización del suplemento cultural Opción. Conoció a Manuel Villabella, quien llevaba los textos en cuartillas de 22 líneas. Por ahí empezó a formatear tabloides. Del periódico de entonces recuerda a Paco y Elvita.

Con el avance tecnológico siguió su camino al grupo de diseño y multimedia de la Agencia de Investigación y Desarrollo de Geocuba. Entraba en el emergente mundo digital, al menos para nuestro país, y también comenzaba la aventura del “cacharreo” en computadora para dominar el Photoshop.

Bonet ingresó a la plantilla de Adelante en el 2004, donde transitó del Corel Ventura al InDesign con el que hoy se maqueta el periódico. Ya esa parte de la historia es conocida por las cotas de la responsabilidad social, la ética y la quijotada de querer trabajar en un medio de prensa pública a la camagüeyana, con herencia periodística secular y el desafío constante como primer medio de comunicación fundado por la Revolución cubana.

Menos planas del periódico, porque para eso solo basta un paseo por nuestro archivo físico o por el virtual del Adelante en línea, Horizontes de sentidos ofrece otras formas del tiempo pródigo de una persona con permanente disposición al diálogo, condición esencial para un diseñador.

En este espacio alternativo encontramos en franca conversación identificadores de instituciones como la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey y de eventos como el torneo de boxeo Giraldo Córdova Cardín. Se entrelazan catálogos y boletines con la cubierta del libro digital Diseño gráfico en Camagüey (1969-1989). Génesis y evolución, de Roberto Pareta Beltrán, respaldado por Ediciones Logos, de la ACCS.

Dejo para el final la agradable sorpresa de una colección de caricaturas a parte del colectivo del periódico. Aspiramos a que cultive y amplíe este proyecto porque además de su autorrepresentación como el personaje de Topin, “pintor de brocha gorda”, son el humor y el carisma dos rasgos de la personalidad de Bonet, un Alejandro, indudablemente fraterno, solidario, valiente, fuerte y noble.

En la búsqueda de datos para esta presentación, me dijo algo redondo para su perfil: “Nunca me preocupó buscar un estilo. He tratado de hacer de la manera más honesta y que funcione. El recurso no es lo más importante, sino resolver el reto de comunicar a la época en que vivimos”.

Que Horizontes de sentidos sea una celebración de Bonet justo en el principio de sus días de jubilación no significa una despedida sino el elogio a sus plenas facultades a esta altura de madurez profesional. Adelante seguirá siendo puente y soporte para aportar a la cultura visual y a la comprensión humana al transmitir sus imágenes mentales. No olvidemos que quien diseña siempre piensa en el bienestar de los otros y con la paleta de soluciones nos integra en comunidad.

Por Yanetsy León González/ Adelante

Foto: Yoel Benítez/ Adelante