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jueves, abril 25, 2024

Eneida Sosa: en Camagüey una diosa cubana de la tonada campesina

A Eneida Sosa, en las tertulias de poemas de amor y canciones románticas de la filial agramontina de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la identifican, con mucha justicia, como la Diosa y la Reina de la tonada campesina.

Aunque esta mujer amable, que la naturaleza le ha dado el don del canto, cultiva cualquier género de la música cubana y universal, es admirada y aplaudida en los campos camagüeyanos.

La Dama de la Tonada, quien forma parte habitual de La Terraza Campesina, realza su expresión también en las clásicas estampas de la tradicional décima oral y exquisitas descargas de tonadas. Es una fiel defensora del punto cubano, considerado por la UNESCO patrimonio cultural inmaterial. El punto cubano es una de las esencias más notables de la identidad cubana.

Brillan sus ojos. Vibra su afinada voz de la que salen hermosas melodías. Canta con la voz dulces y limpias que embriaga a los espectadores. Canta con el alma y el corazón. Cada tonada esta acompañada con elegantes gestos de su rostro y movimientos de las manos. Se desplaza por el escenario para lograr la intimidad con el público, al que regala, humildemente, una sonrisa y una reverencia.

Eneida Sosa es la madre y abuela amorosa, canto de sus cantos y un Ángel de la poesía. La Dama camagüeyana de la Tonada, enamorada del amor, lo encontró además en el canto. Como la prosista nicaragüense Gioconda Belli la poesía la “acerca más a la tierra, a lo palpable y cotidiano”. Igualmente “dueña ya de inviernos y veranos” y llora “por las cosas más dulces y más tiernas”.

Por Lázaro David Najarro Pujol/Filial UNEAC Camagüey.

Foto: del autor