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lunes, mayo 06, 2024

El realce de un espacio y una obra

La remodelación de la plazuela del Teatro Principal proyectada por el joven arquitecto Humberto Delgado Fernández ha realzado este espacio entrañable del Camagüey, que recupera a una de sus musas: la escultura de Aisar Jalil.

En Adelante ya contamos de leyendas urbanas motivadas por la desaparición de la obra, objeto de vandalismo aunque no fue robada. La resguardaba el colectivo de la institución hasta la restauración facilitada por la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC).

Por encargo, Aisar representó con esta escultura de 1989 a Talía, la musa risueña del teatro como parte del conjunto de una fuente que sustituyó un tinajón en 1990.

Recordemos los ires y venires del lugar. Hablamos de un teatro construido a mediados del siglo XIX. Entonces, en época de carruajes, requería una plazuela para el desfile sin permiso a aparcar.

A partir del incendio de 1920 quedó inactiva y hacia 1926 fue reconstruida como parque con jardines nombrado Pablo Pildaín, actor decimonónico. En 1977, el teatro fue intervenido otra vez.

La actual remodelación era un viejo sueño, cumplido como saludo al dos de febrero del 2024, día del aniversario 510 de la fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.

Humberto explicó detalles desde la idea a la ejecución, proyecto desde el Plan Maestro de la OHCC, sin desatender otra intervención de peso, el parque Coppelia, del proyecto de peatonalización de la calle Independencia.

“La Plazuela del Teatro Principal era uno de los lugares claves para intervenir, incluso existía una tesis de grado desde hace unos cuantos años al respecto. Eso ayudó a la comprensión del proyecto y la línea a trabajar por la profundidad que podría llevar”, destacó.

El lugar presentaba deterioros y limitaba sus posibles usos. Al diagnosticar detectó la falta de elementos para el área de descanso. Disponía de cuatro bancos, pero solo uno funcionaba; tampoco la vegetación ofrecía la protección solar idónea.

“No tenía en aquel entonces la accesibilidad adecuada debido a las barreras arquitectónicas, la inexistencia de rampas, además de un pavimento de rasilla en muy mal estado. Optamos por la demolición total del antiguo parque y el desmonte del mobiliario”, señaló.

Enfrascado en llevar al nivel del primer escalón de acceso al teatro, para dar la sensación de una gaveta abierta, logró ampliar la plazuela: “Nos apropiamos de la callejuela que pasaba frente al teatro y creaba una separación física del inmueble con el antiguo parque. Llevamos los laterales al margen de las fachadas laterales del teatro. Todo esto nos dio la posibilidad de aumentar el espacio disponible para la nueva plazuela”.

El nuevo diseño basó la expresión formal en la simetría y la majestuosidad que destaca a su inmueble protagónico: “Da el realce necesario que amerita el teatro. Se construyeron cuatro jardineras o ponches de pavimento a las cuales se les sembró vegetación arbórea que provea la sombra a los seis bancos antepuestos, hechos con bloques de albañilería y con terminación en sobre de mármol al igual que el piso. De esta manera unificamos materiales ya existentes en el teatro”.

Sí mantuvieron los niveles de acera y calle laterales, e incorporaron dos rampas laterales para el acceso de las personas discapacitadas, “además de la construcción de una nueva cisterna para suplantar la existente, ahora embebida y oculta en una de las jardineras. El uso de los materiales y las formas crean una similitud con el teatro y da la sensación de conexión homogénea entre la plazuela y el teatro”.

Queda pendiente una rampa móvil para acceder al teatro. No hay manera de entrar si no es por los escalones. Esa barrera arquitectónica puede resolverse, máxime si el 2024 genera tanta esperanza para que la inclusión pase de buena voluntad a ley.

Volvamos a diciembre del 2023, el Primer Ministro cubano ante la Asamblea Nacional mencionó a las personas en situación de discapacidad entre las proyecciones del Gobierno para el 2024. Manuel Marrero Cruz confirmó: “Se elaboran las bases para la Ley de discapacidad”.

La apertura oficial del parque Pablo Pildaín fue la gala de inicio de la Semana de la Cultura Camagüeyana. El parque devino escenario. A partir de esa noche de febrero, otros eventos han encontrado un espacio idóneo para la interactividad.

Talía luce sobre un pedestal con forma hexagonal vestido en mármol. Esa base para la escultura está a una altura de 70 centímetros del piso. A su alrededor le incorporamos una jardinera para aumentar las áreas verdes y evitar en lo posible la refracción solar.

Se ha cumplido, como aspiraba, el aprovechamiento de la plazuela para “la exteriorización de actividades culturales relacionadas con el teatro y la antesala a algunas de las obras a presentar. Además que se podrían desarrollar ferias de arte, galerías expositivas públicas y otras acciones relacionadas”.

Si miramos al proyecto de Humberto, todavía la vegetación no da verdes señales, porque vemos ramas secas, pero nos dice que también las plantas necesitan su tiempo de prender.

“En mi opinión el proyecto logró su cometido, el realce del espacio. La experiencia de haber tenido la oportunidad de proyectar una obra así y con el carácter y valor que posee ya sea por el lugar o por la responsabilidad de la obra en sí misma me ha complacido mucho. Ha sido una oportunidad única al igual que el parque Coppelia”, enfatizó.

En general, la plazuela o actual parquecito del Principal ha sido beneficiado por las soluciones arquitectónicas, acordes con la historia y la tradición, y enfocadas en el bienestar de los ciudadanos. Toca ahora, a los ciudadanos, cuidar un espacio al que se le ha devuelto la prestancia.

Por Yanetsy León González/ Adelante