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jueves, mayo 01, 2025

Resurrección efímera: un palimpsesto camagüeyano

La tarde caía sobre la sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, cuando Ileana Sánchez y Joel Jover convirtieron el espacio en un escenario de creación y desaparición. Resurrección, Palimpsesto a Miguel Barceló fue una performance tan efímera como memorable.

Sobre una lona rectangular de cinco metros por 1.40, la pareja de artistas desplegó su imaginario con herramientas improvisadas: palos de escoba con esponjas en la punta. Como alquimistas de la plástica, sumergían sus “pinceles” en palanganas con gris, verde y rojo, y trazaban sobre la superficie figuras que, segundos después, un chorro de agua disolvía sin piedad.

Ileana, con su capa amarilla, era el movimiento, la risa y la interacción; Joel, con su capa verde, se entregaba al trazo sin pausa. Los gestos pictóricos eran propios de su obra: gatos para ella, espirales y perfiles de hombres con flechas en la boca para él. Mientras intervenían, la atmósfera debía estar impregnada por la guitarra eléctrica de Ernesto López, un amigo médico que en su temprana juventud fue músico, pero un fallo técnico retrasó su incorporación. Al fin, diez minutos después, irrumpió con su smooth jazz, improvisando sobre una base de Jeff Lorber.

La escena parecía un ensayo sobre la fugacidad. La lluvia artificial que borraba las imágenes recordaba que todo en el arte es efímero, que incluso lo más bello puede esfumarse en segundos. Pero también era un juego de tensiones. Mientras Joel se sumergía en la creación sin detenerse, Ileana dirigía, corregía, observaba como una maestra de obra. Su actitud, entre didáctica y teatral, evidenciaba el carácter escénico de la intervención, concebida como un acto colateral al segundo Taller de Arquitectura, Diseño y Urbanismo que celebraba el centenario del art decó.

No era casualidad que, antes de la performance, se inaugurara una exposición sobre 17 edificaciones de ese estilo, registrada por el fotógrafo José Antonio Cortiñas y el arquitecto Wilfredo Rodríguez, quien asegura haber identificado unas 600 construcciones art decó en la ciudad, con muchas más aún por descubrir.

Sin embargo, lo más paradójico de la tarde fue que, poco más de un año atrás, Ileana y Joel juraron no volver a exponer juntos tras su muestra Gris con pespuntes negros. Pero allí estaban otra vez, compartiendo “lienzo”, espacio y público, aunque fuera para una obra destinada a desvanecerse. Como una ironía del destino, su “no más” se tradujo en un “todavía sí”.

Me encanta cómo Ileana y Joel, a pesar de sus declaraciones pasadas, vuelven a encontrarse en el acto creativo, reafirmando que el arte muchas veces supera cualquier postura definitiva. Y el detalle de sus capas amarilla y verde, sumado a su dinámica contrastante—él inmerso en el trazo y ella más performática—los hace aún más magnéticos como figuras artísticas.

El cierre del acto fue un símbolo de su complicidad artística. Antes de que la manguera borrara todo rastro, dejaron su firma sobre una imagen que los definía: una silueta de cabeza alargada al estilo de Jover, con un gato adentro, en su pose de descanso, a la manera de Ileana. Titularon la acción Resurrección, Palimpsesto a Miguel Barceló, en homenaje al artista español cuya idea de intervención resignificaron con su propio lenguaje. Es un gran guiño a su paso por España y su diálogo constante con otros lenguajes plásticos. La pareja vivió en Mallorca donde conoció a ese artista que vive y trabaja entre Mallorca y París. También fue un tributo a Ernesto, su amigo estomatólogo, quien, tras una complicación de salud, ha renacido para tocar nuevamente.

Queda la performance como un acto de reafirmación y de memoria. De lo efímero, pero también de lo perdurable. Porque, aunque las imágenes desaparecieron bajo el agua, la experiencia quedó grabada en la retina del público, que ahora tiene una historia para contar. Como un palimpsesto de la memoria, que siempre se reescribe. Además, tanto por la exposición fotográfica como por la performance, comenzó la travesía de muestras colaterales en el mapa del XXXV Salón de la Ciudad, con su muestra central en la Galería Alejo Carpentier.

Por Yanetsy León González/Adelante

Foto: De la autora