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miércoles, abril 24, 2024

Historietista Neos: complacer la obra

El camagüeyano Adrián del Pino (Neos) asoma en titulares por su Primer Premio en un concurso de historietas dedicado a la mujer en la música cubana. Debía narrar todo en una página y eso hizo con el motivo de El manisero, canción interpretada por primera vez por la habanera Rita Montaner (1900-1958)

“Normalmente disponemos de mayor espacio, al menos de dos páginas. Contar en una fue un ejercicio con una sencilla historia de amor”, dice en diálogo con Adelante el artista de 23 años de edad.

Salvo el jurado, nadie más ha podido ver la obra porque el galardón implica la exclusividad de publicación en la revista digital Magazine AM: PM, convocante junto al proyecto Vitrina de Valonia, de la Oficina del Historiador de La Habana.

No obstante, el autor hizo para nuestro periódico una ilustración con pistas de la caserita y el manisero, personajes tan protagónicos como en el tema de Moisés Simons inmortalizado por La Única, epíteto de la afamada cubana.

“Trabajar con la historieta como medio es complicado, sobre todo en el mundo del arte más ‘serio’”, comenta este egresado en el año 2017 de la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, ahora estudiante de plástica de la Universidad de las Artes (ISA) en La Habana.

Con más holgura, antes adaptó el cuento Niños de neón, de Michel Encinosa Fú, en 28 páginas con el título La noche de Hubsie; y logró en 10 páginas Tarde de lluvia, versión a un poema del modernista Julián del Casal con la que en febrero ganó el Primer Premio del concurso de poesía e historietas Mi Habana ilustrada en versos.

Neos integró un equipo que dibujó El regreso de Matías Pérez, a partir de un personaje lleno de mito y realidad como pionero de la aeronáutica en Cuba. Además de la realización, insiste en la reflexión a partir de los cuatro tipos de producciones más influyentes en el mundo: la latinoamericana, la asiática o japonesa con el manga, la franco-belga y el cómic americano.

“¿Dónde queda la historieta si no clasifica dentro de las artes visuales ni de la literatura? Unos responden que es una niña con autonomía. Otros la privan de derechos por ser hija del gran imperio del consumismo y la ‘perversión’. El ISA me ha permitido defenderla. Enfocaré mi tesis a la historieta”, señala.

Considera peliagudo el asunto de la formación. Solo en su escuela un taller de grabado acerca a la gráfica, y la asignatura de Historia del Arte toca lo pop del cómic. Sin embargo, no sugiere crear una universidad de historieta, porque tampoco es usual en otros países, sino fomentar más espacios de intercambio.

Y muchas de esas lecciones formales e informales subyacen además en sus series de ilustraciones Como yo dibujaría a… superhéroes, Luz de luna y Fábulas, y en general en la búsqueda propia de códigos visuales y de públicos.

“Estamos conscientes de la crisis con el papel. Eso no quita que pudiéramos publicar más. Los historietistas debemos ganar espacio. Cambia la forma de leer y de consumir todo. El medio digital posibilita difundir y puede ser un canal a esas publicaciones impresas que tanto queremos”, sostiene.

Adrián ha ofrecido dos muestras personales, Fragmentos y El Humano Perfecto, ambas en 2016; y ha estado en cerca de una veintena de colectivas en Camagüey, Matanzas y la capital. La más reciente fue Indagar lo propio, insertada el año pasado en la XIII Bienal de La Habana.

“Cada artista tiene un medio a disposición. El mío es la historieta. No lo veo como una limitante si mañana quisiera hacer otro trabajo. Yo hago lo que me pide la obra”, concluye con una idea que es un espejo de lo promisorio de su proyección creativa.

Por Yanetsy León González/Adelante