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martes, marzo 19, 2024

Manuel de Quesada y Loynaz

Ningún otro camagüeyano gozaría de esa suerte y otros privilegios políticos en el transcurso de las luchas por la independencia. Y tuvo otra, la de ser el cuñado del Presidente de la República en Armas, Carlos Manuel de Céspedes, por demás hombre de su entera confianza.El tronco familiar de los Quesada principeños había venido a Cuba en el siglo XVIII, aunque en los primeros dos siglos coloniales otros Quesada se destacarían en la villa trashumante, algunos ligados a la lucrativa actividad comercial de contrabando de cueros y carne con los extranjeros.

Otro, ante «ciertos recaudos» abandona dicha práctica, éste resulta el canario Silvestre de Balboa Troya y Quesada(1), quien nos dejaría escrito el interesante poema épico Espejo de Paciencia, que reseña el episodio de la captura del obispo de la Isla por piratas llegados a la villa de Bayamo en el año 1608. Pero lo más significativo es haber plasmado en el texto por vez primera el concepto del criollo, lo que da más notoriedad al argumento de la obra que se califica como la primera expresión literaria cubana.

Manuel de Quesada Loynaz había nacido el 29 de marzo de 1833 en la casa señalada con el número 73 de la antigua calle de la Reina y el callejón de los Ángeles.(2) Sus padres fueron Pedro Manuel de Quesada y Quesada, y María del Carmen Loynaz y Miranda. Por la línea materna tenía sus ascendientes familiares en el colono Vasco Porcallo de Figueroa y la interesante rama de los Miranda Arguelles, no menos emprendedora que la del anterior.

Por línea paterna el cruzamiento endogámico, siguiendo los usos culturales tradicionales de gran arraigo en la época, había determinado la unión conyugal entre dos parientes. Pero por igual otras ramas troncales se habían logrado entremezclar con las familias Aróstegui, Borrero, Cisneros, entre otras.

En resumen, siguiendo las pistas genealógicas de varios apellidos, éstos nos van llevando a distintas ramas de otras muchas familias principeñas igualmente ligadas a la Ilustración Reformista Liberal criolla de inicios del XIX, marcadas por los sucesivos enfrentamientos entre liberales y absolutistas defensores del régimen fernandista, como también hasta la Ilustración Revolucionaria Camagüeyana(3)de mediados de esa misma centuria.

De la primera es casi seguro que algunos mantuvieran estrechos vínculos con el movimiento independentista liderado por la asociación secreta La Cadena Triangular, por lo hondo que ésta calara en las estructuras de poder y en las mentalidades de la sociedad criolla principeña.

Por otra parte, no es necesario insistir en su vínculo con la familia del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, como tampoco con la del comandante Enrique Loynaz y Arteaga, o la del Mayor General Lope Recio Loynaz, entre otros muchos patriotas del Camagüey. Claro es que por la rama femenina muchas heroínas también figuran como parte del tronco familiar originario de los Quesada.

Manuel de Quesada se incorporó a la Sociedad Libertadora de Puerto Príncipe, entidad encargada de hacer prender las llamas del separatismo en la región, cuando aún no contaba con veinte años de edad. Este hecho confirma su conciencia política y práctica patriótica en relación con el movimiento encabezado por el camagüeyano Joaquín de Agüero y Agüero, cuyo proyecto igualmente emancipador estaba enfilado contra el gobierno absolutista.

Tras el fracaso del intento anticolonialista de Agüero, y a pesar de la represión desatada, Manuel de Quesada persistió en la Revolución Liberadora.

Después de viajar a los Estados Unidos en el verano de 1855, marcharía a México, donde se incorporaría al ejército y alcanzando el grado de General de División, sería más tarde designado Gobernador del Estado de Durango. Invadido el territorio mexicano por los franceses el 1862, Quesada dirigió el primer combate contra los ocupantes galos en La Rinconada, Estado de Veracruz. El valiente camagüeyano llegó a organizar un cuerpo armado nombrado Los Lanceros de Quesada.

Como se deja apuntado, «en la guerra de independencia sostenida por el gobierno de Benito Juárez, por tanto, tuvo una trayectoria militar sumamente honrosa, una de cuyas etapas más relevantes fue el 20 de noviembre de 1863, cuando resultó victorioso del famoso regimiento napoleónico Chasseurs d’ Afrique, dirigido por el coronel Dupart.»(4)

De vuelta en los Estados Unidos, luego de la caída del gobierno de Maximiliano, y al conocer que en el mes de octubre en Cuba se había levantado en armas el Oriente, encabezado por un núcleo patriótico dirigido por el abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes, y secundado en noviembre por poco más de 76 camagüeyanos, entre los que figuraban hombres y mujeres de apellidos ligados al suyo, retornó a la Isla antillana al frente de la goleta Galvanic, primera expedición de hombres y armas en desembarcar en la región del centro-este cubano en apoyo a la Guerra de los Diez Años, el 27 de diciembre de 1868.

Ciertamente con las armas traídas al Camagüey, ansiosamente esperadas, al igual que su persona para comandar la lucha, el embrionario ejército regional se dispuso a batirse en igualdad de condiciones con las fuerzas españolas.

Con posterioridad fue nombrado Jefe Militar interino de las fuerzas libertadoras en su región natal y el 12 de abril de 1869 fue designado General en Jefe del Ejército Libertador. Tal designación contó con la aprobación de los representantes de los tres departamentos en lucha reunidos en la trascendental Asamblea Constituyente de la República en Armas, celebrada en el poblado de Guáimaro tomado por la insurrección, donde, por cierto, estaban presentes sus dos hermanas, Caridad y Ana, ésta última casada desde el 4 de noviembre del año anterior con Céspedes.

Quesada permanecería poco tiempo en el cargo. El 18 de diciembre sería depuesto en el Horcón de Najasa(5) por la Cámara de Representantes, por entender sus integrantes, en mayoría civiles desconocedores del arte de la guerra, que sus actitudes de mando lo llevaban hacia una supuesta dictadura militar, lo cual pareció estar alejado de sus pensamientos, en cambio, ciertamente le afloraban los métodos y experiencias traídas de México.

Desde fines de enero de 1870, estando en los Estados Unidos, asumió con éxito la misión de enviar a Cuba el vapor Virginius cargado de hombres y pertrechos para la Revolución.(6) Se hizo patente la eficiencia de sus gestiones ligadas a las del agente revolucionario camagüeyano Serapio Recio, al frente de las comunicaciones navales entre Nassau y Nuevitas.

En otro enero, pero de 1884, falleció en San José de Costa Rica. Su ruta de sacrificio lo hizo morir en extrema pobreza.

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Fuentes:
1. Balboa fue autorizado Escribano de Cabildo de Puerto Príncipe después de abandonar la actividad comercial ilícita, lo que se había probado mediante una investigación seguida por el oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo Alonso Manso de Contreras.
2. Archivo personal de Gustavo Sed Nieves. Actual calle República, señalada con el número moderno 226. La casa original contaba de dos cuerpos desde el siglo XVIII, el correspondiente al callejón de los Ángeles estaba señalado con el número 1. En esta esquina sería levantado en el siglo XX el Teatro Apolo.
3. La categoría es usada por el autor para designar a un sector particular de la sociedad civil principeña que mostró un pensamiento más radical y revolucionario frente al conservadurismo del Antiguo Régimen, valiéndose para ello de la modernidad y los conceptos de libertad e igualdad.
4. Álvarez Álvarez, Luís y Gustavo Sed Nieves: El Camagüey en Martí. Editorial José Martí. La Habana, 1997. p. 281.
5. El Mayor General Ignacio Agramonte tampoco estuvo complacido con la actitud de Quesada y compartió el criterio de la deposición del mismo entre sus compañeros.
6 En el último de sus tres viajes a la Isla fueron capturados sus expedicionarios, entre los fusilados por el colonialismo español en Santiago de Cuba, el 8 de noviembre de 1873, estuvo su hijo Horacio de Quesada.

Autor: José Fernando Crespo Baró, Tomado de www.ohcamaguey.co.cu